Abogados de Trump basan su defensa en la libre expresión y "el fraude electoral"

Donald Trump se convertirá el martes en el primer presidente de Estados Unidos en ser sometido a juicio político dos veces y en el único en pasar por ello tras dejar el cargo. Todo está preparado en Washington para que el Senado arranque el impeachment contra él por su responsabilidad en el asalto al Capitolio del pasado 6 de enero.
El protagonista no estará presente. Lo verá todo desde su mansión de Mar-a-Lago, en Florida. Tal y como hizo después de alentar a sus fieles a la insurrección. Les prometió que se uniría para luego encerrarse en la Casa Blanca a contemplar el ataque que acabó con cinco fallecidos.
El juicio cuenta con otro detalle sin precedentes. Los miembros del jurado son, a la vez, las víctimas del crimen. Transcurrido un mes del asalto, los republicanos han sustituido el miedo por su vida por el temor de perder el apoyo de los millones de electores estadounidenses que siguen del lado del magnate. No tienen previsto sumarse a los demócratas para condenar e inhabilitar a Trump para ejercer un cargo público, reseñó La Voz de Galicia.
El artículo presentado por los nueve demócratas de la Cámara de Representantes que actuarán como fiscales acusa a Trump de "incitación a la insurrección" y concluye que es culpable de la violencia desatada hace ayer un mes por la turba de trumpistas contra el Congreso. La acusación se apoya en su campaña sobre el falso fraude en las elecciones presidenciales del 3 de noviembre y presenta como prueba principal el discurso que pronunció el día del asedio. "Vamos a marchar al Capitolio", "si no peleas como el infierno, ya no vas a tener un país", dijo.
¿Cuál es la estrategia de la defensa?
Los abogados de Donald Trump quieren evitar a toda costa que se hable de una cosa: el motín mortal del Capitolio. Por eso, centran su defensa en la inconstitucionalidad de juzgar a un presidente que ya no está en el cargo. Además, sostienen que el acusado creía de verdad el bulo del fraude electoral y que al denunciarlo estaba ejerciendo la libertad de expresión protegida por la Primera Enmienda.
La defensa se apoya en la llamada del expresidente a caminar de "forma pacífica" a la sede del Legislativo para justificar que no hubo una petición explícita de asaltarlo. Trump se juega no poder volver a presentarse a la reelección en el 2024 y podría perder su remuneración como expresidente.
Para condenar a Trump, los demócratas necesitan el apoyo de 17 republicanos, dos tercios del Senado. Por el momento, 36 han adelantado que votarán en contra, 13 están indecisos y el senador por Utah Mitt Romney se posicionará a favor, como ya hizo en el primer impeachment, donde se quedó solo. Para inhabilitarle, se necesita mayoría simple, por lo que es probable que salga adelante.
¿Cuánto durará el juicio?
Es la gran incógnita. Los líderes del Senado siguen regateando sobre la organización del juicio, pero lo más probable es que no dure más de una semana. Algunos demócratas han pedido un juicio rápido ante la prioridad de sacar adelante el plan de alivio económico.