Patricia Ortega a Versión Final: “Descubrí que soy bisexual”

En los últimos años Patricia Ortega ha pasado por momentos difíciles. El final de un matrimonio de casi diez años y la lucha contra el cáncer por el que atraviesa su madre han sido dos fuertes batallas que la cineasta zuliana ha tenido que librar. Pero eso no decanta su fuerza, por el contrario las adversidades hicieron despertar en ella a su ser verdadero y romper las barreras que la sociedad impone y que prácticamente la obligaron a ser quien no quería ser.
Sincera y clara, la reconocida y prominente artista abrió su corazón a Versión Final y de manera exclusiva conversó sobre su sexualidad y sobre la sensación de felicidad y de libertad que está estrenando en su vida.
“He descubierto que soy bisexual. Eso es lo que he descubierto en mí hasta ahora. Estoy cerca de los 40 años y me he dado cuenta que no vale la pena ser esa mujer que los demás quieren que sea”, dice con pasión y una intensidad que la reboza. Su voz se oye firme y con temple a través del teléfono.
“Es más, quítenme esa etiqueta de mujer”, dice. “Tienen por costumbre que la mujer sea delicada, frágil, tierna, madre y yo digo coño, hay mujeres que no quieren ser nada de eso. Haciendo la película me hice un corte de hombre y me encantó, me di cuenta que quise hacérmelo toda la vida, pero mis parejas me decían que le gustaba más mi pelo largo y a pesar de haber sido rebelde, yo accedía”.
Rompiendo esquemas
Ortega, quien actualmente trabaja en su nueva película Yo imposible, que trata el tema de la diversidad sexual, dice que fue a partir de su divorcio que surgieron muchas de las decisiones que está tomando en esta etapa de su vida.
“Yo estuve casada nueve años, crecí en una familia muy convencional y machista, donde el varón y la hembra están definido y siempre fui como la oveja negra. Recuerdo que antes de entrar en la universidad tenía el pelo largo, usaba tacones y todo. Cuando comencé la carrera hice como una mutación, me corté el pelo y dejé de usar tacones. En esos años que estuve casada me di cuenta que ese matrimonio no llegó a buen término porque se me exigía ser una mujer dentro de los cánones convencionales y no lo soy”.
Ahora, la creadora dice que se da el lujo de disfrutar de cosas masculinas que son parte de su vida y que las había vetado por seguir los estándares de femineidad. Agradece el hecho de que su actual pareja, Damian Girón, disfrute de su lado masculino, su cabello aun más corto y su ropa de hombre. “A veces me pongo ropa de él. Es cuestión de encontrarse a uno mismo sin tener que estar en una casilla”.
Con Yo imposible se encuentra básicamente en dos grandes batallas. La primera de ellas es lograr terminar la postproducción del material que está siendo editado en Colombia y para el que se quedó sin presupuesto, debido a la inflación que la entrevistada califica como “voraz”. “El Cnac aprobó 56 millones para su realización y hasta ahora el trabajo ha costado 125 millones. Tuve que gastar el dinero de la postproducción y he tenido que hacer maniobras, me estoy quedando prácticamente en la calle”, dice y se ríe.
El próximo mes debe viajar a Colombia para afinar ciertos detalles de la película, que no puede hacer desde la distancia. Para poder viajar va a hacer varios sacrificios, como irse por tierra desde San Cristóbal, pasar por varias ciudades colombianas hasta llegar a Bogotá, pero eso para ella no es problema, está acostumbrada a luchar para lograr sus objetivos.
Otra de sus luchas es lograr que la sociedad vea que hay mucho más allá de los cánones que establece. Hoy culmina la intensa campaña que comenzó hace unas semanas, para promover la película a través de las redes sociales. En la campaña, ella y su equipo han participado intensamente, incluso posó desnuda de la cintura para arriba.
“No me avergonzó mostrarme, al contrario. Esta es una película muy íntima y fuera de lo convencional y creemos que ya es hora de eliminar estereotipos. La desnudez no es nada malo. La película me ha ayudado a sacar mucho de lo que soy. El ser humano es mucho más de lo que la religión, la política y la sociedad nos enseñan. Tenemos una educación ortodoxa, los seres humanos vamos mucho más allá”.