El diario plural del Zulia

Justin Theroux habla sobre la tercera temporada de la serie que protagoniza

"The Leftovers", una de las series más rompedoras de la actualidad, se despide con su tercera temporada consolidada como una solitaria exploración sobre el dolor y la angustia.

Con el sello de Damon Lindelof, uno de los cerebros detrás de Lost, la serie protagonizada por Justin Theroux, Liv Tyler y Carrie Coon dice adiós a la cadena HBO con ocho nuevos capítulos, el primero de los cuales se emitió el pasado domingo 16 de abril

La serie es protagonizada por el actor, director y guionista estadounidense, Justin Theroux, quien interpreta a Kevin Garvey, un Jefe de Policía de Mapleton y padre de dos hijos que está intentando mantener una cierta apariencia de normalidad en este nuevo mundo. La ruptura de su familia hace de él alguien cada vez más extraño. 

En entrevista exclusiva cedida por HBO, Theroux, quien además es esposo de la reconocida actriz Jennifer Aniston, abordó el tono apocalíptico y pesimista que transpira la serie.

—Hay una gran presión sobre Kevin en esta temporada, con la expectativa de que sea el Mesías. ¿Cómo esperas que reaccione ante ese tipo de presión?

—JT: Incluso antes que terminara de leer los guiones, sabía que iba a ser un poco ateo, que iba a estar enojado por haber sido empujado hacia eso. Porque no creo que esos años (sobre los cuales se está escribiendo un libro) sean un período de su vida que él quiere necesariamente revisar, o que haya escrito. Creo que él mismo es ateo.

—Pero parece que se vuelve menos reacio a ponerse ese manto a medida que transcurren los capítulos, ¿no te parece?

—JT: Sí. Creo que se da cuenta de que puede ponerse al servicio, si tiene poderes especiales. De una manera extraña, se vuelve intrépido. Está como diciendo “bueno, ok, voy a recibir un porrazo si realmente quieres que lo haga. Y funciona. Lo hace, una vez más, va hacia el otro lado, donde es capaz de comunicar ciertas ideas a ciertas personas que quieren que esas ideas se comuniquen y regresen.

—Hay un montón de detalles bíblicos muy directos en esta temporada ¿Qué partes son surrealismo y qué partes están relacionadas con la narración bíblica en esta temporada?

—JT: Es una serie surrealista. En los primeros 30 segundos del programa establecimos que cualquier cosa es posible, incluso lo imposible. A Damon le gusta jugar con el significado y hacia qué personas gravitará cuando le pongan significado a las cosas, a las personas. En la primera temporada, constantemente veo un ciervo en todas partes, y hubo muchas discusiones sobre qué significa el ciervo. Bueno, puede ser que simplemente veo un ciervo. O tal vez el hecho de que le disparó a un ciervo antes de que el mundo terminara. Tal vez ahora está arrepentido, y reconoce al ciervo, tal vez esa sea la importancia.

—En esta temporada, la idea de falsos profetas también suena muy verdadera en el contexto político. ¿Fue extraño filmar mientras la campaña presidencial de 2016 estaba en marcha?

—JT: Por supuesto. El hecho que tengamos al presidente de los Estados Unidos con su dedo sobre el botón nuclear es como para decir: “Oh, Dios…”. Pero grabamos durante las primarias. Pensábamos que los ganadores podrían ser Jeb o Hillary. Así que es increíblemente profético.

—¿Te ha provocado más reflexiones existenciales?

—JT: Sí, por supuesto. No cambió ninguna de mis opiniones sobre la religión o cualquier otra cosa, pero fue un gran tema de conversación en la mesa de la cena mientras estábamos filmando. Con suerte, eso sentirán las personas cuando vean la serie. Si esto fuera una película, querrías que la gente hablara en el vestíbulo después, no te gustaría que la gente sólo saliera y dijera que es agradable, y después olvidarla.

—A lo largo de esta temporada, hay detalles, interacciones y escenarios que parecen responder preguntas de episodios anteriores o relacionarse con eventos anteriores.

—JT: Sí, Damon y Tom hicieron algo brillante. Construyeron esa casa realmente bien, y pusieron los enchufes adentro de modo que cada vez que quisieran, pudieran solamente enchufar en una toma distinta y hacer conexiones. Lo hacen en numerosas ocasiones, donde hay esos temas que buscan y tocan cosas de la temporada anterior o de lo que viene. Hay mucho tejido temático conectado que tiene un propósito general más grande, que es decirte que esto es importante: la familia, el amor, los temas simples.

—En el capítulo siete interpretas dos versiones de ti mismo, interactuando entre sí en una escena muy poderosa. ¿Qué tan desafiante fue eso?

—JT: En realidad no fue tan difícil como pensé que iba a ser, ensayamos mucho. Afortunadamente, tuvimos la practicidad de la barba como una de las cosas que ayudaron. Logísticamente, tuvimos que grabar todas las tomas con barba primero, luego tuvimos que grabar todas las escenas afeitado. Tuvimos a ese maravilloso actor australiano que realmente interpretó la escena conmigo. Realmente intentó reflejar lo que yo decía. Grabamos el primer tramo, luego fui a almorzar, me afeité, volví y grabamos el resto. Eran tomas contiguas.

—¿Cuándo haces algo así, que es muy sombrío, y estás tan lejos de casa, cómo sales de eso?

—JT: No soy un actor de método, no me llevo las cosas a casa conmigo, así que en realidad me pareció un poco catártico hacer esta serie. Curiosamente, cuando pasas esa cantidad de tiempo con tazas de agua cayendo de tus ojos, exorcizas algo al final del día y al final de la semana. Para ser honesto, a menudo te deja un poco más leve.

—¿No te hace correr gritando, queriendo hacer comedias para siempre?

—JT: Para nada. Te hace pensar que tal vez nunca vuelvas a escribir tan bien. O esperar lograr escribir tan bien otra vez en algún momento.

 

 

 

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