El diario plural del Zulia

Editorial: Radiografía de la salud en el Zulia

Las direcciones de salud regionales estaban a cargo de experimentados sanitaristas, y los nombramientos de directores hospitalarios se basaban en méritos profesionales y una experiencia comprobada en salud pública, lógicamente.

Históricamente, Venezuela se distinguió por sus excelentes políticas de salud y la alta calidad en la formación de sus profesionales médicos. Las escuelas de medicina de las universidades nacionales, reconocidas internacionalmente como núcleos científicos de alto calibre, garantizaban una preparación rigurosa, y sus egresados potenciaban directamente el sector salud de todo el país.

Hoy, en las olas de un éxodo que alcanza unos 8 millones de venezolanos, también se incluyen no menos de 50 mil médicos altamente preparados que salieron a buscar una oportunidad de vivir. 

Una fuga de cerebros aprovechada por países como Colombia, Ecuador, Perú, Argentina y con más ventaja aún Chile y España.

En el pasado reciente, los colegios profesionales, dirigidos por destacados académicos, cumplían un papel fundamental en la vigilancia y orientación de las políticas sanitarias.

Las direcciones de salud regionales estaban a cargo de experimentados sanitaristas, y los nombramientos de directores hospitalarios se basaban en méritos profesionales y una experiencia comprobada en salud pública, lógicamente.

El Instituto Venezolano de los Seguros Sociales (IVSS) ofrecía una atención médica de calidad, incluso mediante convenios con clínicas privadas para garantizar la inmediatez en la atención.

Hoy, en una cirugía, el paciente debe llevar insumos, sino, no hay operación.


¿Por qué dejamos que ocurriera semejante catástrofe en un sector estratégico de la nación? ¿Cómo es posible que, este ámbito clave para la producción, la economía y el bienestar de todo un país, se redujera a cenizas?


El estado Zulia, en particular, brillaba en el panorama médico latinoamericano. 

No éramos un modelo de salud provincial ni mucho menos. Nuestro sistema, soportado por una escuela de Medicina innovadora, desde el pregrado hasta el postgrado, fue referente. 

Ahora mismo la salud es un caso de Cuidados Intensivos, pero la salud en el Zulia, en cambio y para peor, está a las puertas de la morgue.

Maracaibo fue reconocida en los años 60 como capital científica de Latinoamérica, y el Hospital Universitario de Maracaibo (HUM) realizó el primer trasplante de órgano en la región.

La Universidad del Zulia (LUZ) se destacaba por formar especialistas de primer nivel, desde medicina familiar hasta las especialidades más complejas.

Sin embargo, la situación actual contrasta dramáticamente con ese pasado.

La crisis comienza en la propia formación médica. 

La Facultad de medicina de LUZ controlada más por figuras sin méritos científicos-académicos y de salud, que por médicos destacados es una realidad. Los que gestionan y dirigen han hecho uso de la política y el oportunismo para hacerse con el poder de tan importante núcleo profesional.

Hay excepciones, claro está. No todo está perdido, pero se necesita un sacudón desde la ética y la gestión.

La dirección de instituciones sanitarias ya no se rige por criterios de experiencia y mérito, y los hospitales son administrados por personal sin la preparación adecuada.

Para ser director del HUM había un baremo y se debía competir por esa alta responsabilidad. Eso hoy no existe. Ese pasado de rigor y excelencia está enterrado.

En el Zulia, la crisis sanitaria es especialmente grave. El sistema público carece de servicios básicos como resonancias magnéticas o atención de emergencias cardíacas.

La atención primaria preventiva es prácticamente inexistente, y hay una notable escasez de medicamentos para tratamientos esenciales como la atención prenatal o el cuidado de niños con desnutrición.

Los colegios profesionales, anteriormente voces críticas fundamentales, se encuentran limitados por un sistema autoritario que limita su capacidad de denuncia.

Como medio de comunicación, tenemos la responsabilidad de visibilizar esta crisis que afecta el derecho fundamental a la salud de los ciudadanos.

La situación actual del sistema de salud en el Zulia no solo representa un retroceso histórico sino también una amenaza para el bienestar de su población.

Es imperativo recuperar los estándares de calidad que alguna vez hicieron de Venezuela un referente en atención médica en nuestro hemisferio.

Carlos Alaimo

Presidente-Editor

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