Editorial | Los apagones de la corrupción y la persecución

Volvieron los apagones. Al menos así quieren venderlo en parte. Los venezolanos regresan entonces a otro de los castigos más duros que puede sufrir una sociedad moderna, tratar de vivir sin luz.
No tener energía detiene todo proceso, está en las leyes de la física, en la Primera Ley de la Termodinámica. Si no hay energía no hay movimiento. Esa ley la podemos extrapolar fácilmente para introducirla en las ciencias sociales y económicas.
Si no hay energía, todo el país se detiene. Se para en seco la economía, se frenan las comunicaciones, se fastidian las familias, se pasan malas noches, se complican los quirófanos en medio de cirugías, empeoran los enfermos que requieren de algún aparato para sostenerse a la vida. No hay capacidad de producir nada porque no hay energía para transferir.
Así, en esas circunstancias, Venezuela llega a 15 años de apagones. Es otro de los frentes con los que deben lidiar los venezolanos.
Pero resulta que hay dos factores, el de origen, que no es más que la grosera corrupción de trascendencia incluso internacional con actores como Alejandro Betancourt, bolichico empresario y supuesto salvador del Sistema Eléctrico Nacional (SEN) con Derwick Associates, que tan solo por contratos otorgados a dedo por Hugo Chávez desfalcó más de 2.500 millones de dólares para atender la emergencia eléctrica y ahora vive feliz en España en un castillo de 22 millones de euros en Toledo, Rafaél Ramírez, ex Ministro del Petróleo de la era Chávez, residenciado en Italia y señalado por sangrías de hasta 5.000 millones de dólares de PDVSA.
También está el zuliano Nervis Villalobos, exviceministro de energía que también vive en España entre fortunas amasadas por estafas a la nación de más de 2 mil millones de dólares.
Y no podemos olvidar al ex-ministro de Energía Eléctrica Jesse Chacón entre 2013 y 2015 que también prometía acabar con los apagones en 100 días y de paso pedía a los venezolanos bajar el consumo eléctrico. Se le señaló por profundizar la crisis y no cumplir con las actualizaciones requeridas por el SEN pese a tener fondos. Hoy, según se sabe, es embajador en Austria.
Allí, en esas tramas de saqueo a Venezuela está el origen de los males del SEN. Es inaceptable que con tanto dinero no se pudieran recuperar los niveles de producción energética en el país. Prefirieron engordar sus bolsillos.
El otro factor, muy importante en el contexto del conflicto político de hoy, es el corte de suministro eléctrico como estrategia.
Voces de varios estados del país señalan que antes del mega apagón del pasado 30 de agosto, el SEN no había presentado grandes sobresaltos. Lo notaba familias de oriente y occidente. El Zulia, que es el estado más castigado por las fluctuaciones y apagones. llevaba semanas sin sufrir grandes dificultades.
Y entonces sobrevino de pronto la crisis. Entre 8 y 10 horas sin luz para 17 estados del país. El gobierno señala nuevamente que se trató de un sabotaje al SEN.
Nosotros tenemos que dudar, así lo exige el periodismo, más aún cuando el mundo exige a Nicolás Maduro terminar definitivamente con la crisis mostrando los resultados electorales de forma clara y transparente, pero también las naciones ven el desenfreno de las persecuciones, encarcelamientos y procedimientos judiciales totalmente inconstitucionales de jóvenes, protestantes y líderes de oposición. Además de traslados irregulares de detenidos en manifestaciones a cárceles extremadamente peligrosas.
Para Miraflores era muy oportuno cambiar el foco de la discusión.
La energía, al menos la eléctrica, siempre ha estado en sus manos.
La energía de los cambios está indiscutiblemente en la mayoría de los venezolanos.
Carlos Alaimo
Presidente -Editor