El diario plural del Zulia

Editorial: El Esequibo como herramienta de crisis

En Venezuela hoy todo gira en torno al Esequibo. En Washington el conflicto también sacude en los pasillos por los intereses de EEUU, ¿y en Rusia y Oriente Medio?, no lo sabemos abiertamente, pero cuando los conflictos escalan se abre el tablero de negociaciones de las potencias.

El presidente Maduro intenta arropar con un manto de nacionalismo patriota un referendo innecesario en toda regla como para dejar constancia de la blandenguería de la defensa legal en instancias internacionales por parte del Estado venezolano. No es necesario el voto ciudadano para saber que debemos defender con firmeza nuestro territorio.

Y la oposición, hoy representada en la figura de María Corina Machado, solo advierte que defenderá el territorio en todos los organismos donde haya que defenderlo, un planteamiento que, indirectamente, vende la idea de que lo hará desde la presidencia que aún no tiene, y que aspira a arrebatarle a Maduro en 2024 pese a su inhabilitación.

Preguntamos a la oposición toda, a los partidos y sus dirigentes, ¿Qué harán hoy? ¿Qué plantean hacer ahora de cara al referendo consultivo del 3 de diciembre?

Nosotros proponemos considerar una idea. El envión de participación logrado en las primarias con un apoyo enorme al proceso, dentro y fuera del país, puede alimentar un movimiento importante para asistir a ese referendo, demostrar que los venezolanos demócratas defienden a Venezuela, y desinflar paralelamente el plan de marketing político de Maduro para  levantarse como el único líder que defiende la soberanía en un conflicto internacional. 

Esta opción no restaría en absoluto y por el contrario sumaría a la estrategia política para que la misma oposición continúe en su ascenso hacia la tan esperada cohesión total de cara a 2024 y se posicione como un bloque de poder que defiende desde la democracia y la ley el territorio nacional.

Desestimar el referendo, por innecesario que sea desde el marco legal para la defensa del Esequibo, es darle igualmente herramientas al Gobierno para señalar una vez más de conspiradores a la oposición o incluso emprender nuevas acciones contra la figura de María Corina Machado que tiene aún por delante la  lucha contra la inhabilitación.

Eso es solo un cuadrante en el tablero de ajedrez, en los otros, más opacos, están los intereses que podrían tejerse desde el Kremlin para fomentar un conflicto de otras proporciones y mover brújulas de crisis hacia el Caribe, eje de los Estados Unidos, que a su vez resguardan operaciones de la Exxon en Guyana y así abrir nuevas ramas de acuerdos en su guerra contra Ucrania.

Y a Rusia claramente se le sumaría en esa jugada el régimen de Teherán, fiel aliado de Maduro, empujando, no dudamos, que a crisis mayores con el objetivo de tener capacidad de maniobras y negociación respecto de la Guerra de Israel y Hamás, en la que se le ha señalado de ser un factor de apoyo a los terroristas.

El abandono del Gobierno de Maduro (y antes el de Chávez) en la defensa del Esequibo nos puede costar más caro de lo que pensamos si las potencias quieren venir a medir fuerzas en nuestro propio territorio para seguir negociando solo por sus intereses.

Basta de que no tengamos, ni siquiera, el control de nuestra soberanía. 

El Esequibo es venezolano. 

 

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