Leyenda Incompleta
Carlos Bilardo fue el técnico que llevó a Argentina a su último título mundial en 1986. México fue el lugar de la consagración albiceleste con Diego Maradona en nivel de leyenda. “No critiquen más a Messi que un día el pibe se va a cansar y lo vamos a tener que ir a buscar de rodillas”, dijo alguna vez el “Doctor” sobre Lionel, quien, antenoche, con 29 años, anunció su retiro de la selección nacional.
Bilardo fue testigo y formador de la gesta del Diego, la eterna vara comparativa de “Lio”; la falta de títulos con la nacional fue la perdición del rosarino.
La final de la Copa América Centenario fue un déjà vu. Primero fue Río en 2014 con Mario Gotze frustrando con un gol en tiempo extra y luego las tandas de penales en Santiago y New Jersey, a manos de Chile. Ambas derrotas son las decepciones que no pudo soportar un jugador que en Barcelona ha ganado todo. “Para mí ya está. Encima me tocó errar el penal, es por el bien de todos. Tengo la decisión tomada, la gente no se conforma con esto, solo quiere ganar. Ya lo intenté todo, es increíble, pero no se me da”, afirmó Messi.
Golpeado como nunca. Destruido, sin consuelo, con llanto y hundido. Ser el máximo goleador de la liga española, el artillero más prolífico en la historia del Barcelona y su selección, y cinco veces ganador del Balón de Oro –entre tantos récords- no es alivio.
“Renunciar por perder finales es convalidar ese nefasto mensaje de ‘ganen o no vuelvan’. No solo abandona la lucha, sino que le da la razón a la intensa minoría que lo critica por pecho frío o cagón”, reflexionó el periodista argentino Juan Pablo Varsky.
Otro colega de ese país, Javier Lanza, director del portal Pasión Futbol analiza para Versión Final: “Es la frutilla (fresa) del postre de una AFA (Asociación de Fútbol de Argentina) que desde hace años está haciendo todo mal y lo convirtió en la tormenta perfecta. Messi por primera vez estaba derrotado por no lograr lo mínimo con la selección”.
“La AFA hizo jugar a Messi el último amistoso en San Juan frente a Honduras y se lesionó de las costillas porque si no estaba debían devolver un millón de dólares por contrato. Lo obligaron porque están quebrados. No es casual que se haya rebelado, si vuelve es por él o su entorno”.
Sin sobrellevarlo
A nivel de clubes, el jugador de 29 años hizo hasta lo impensado. Pero ser profeta en casa le resultó imposible. El hincha argentino creó el peso de ser el nuevo motivo de devoción. La ausencia de títulos por 23 años hizo crecer esa presión.
“Esto se justifica en parte. Dentro del país hay mucha crítica por conseguir un título y no lo hizo, se le nota lo dolido. Lo obliga la situación de no poder y piensa que tiene esa obligación. Algunos no lo quieren por no criarse allá, todo se fue acumulando. Nunca un jugador de selección tuvo tanta presión”, comenta Carlos Horacio Moreno, entrenador argentino.
La comparación con Maradona le pesó, incentivada a veces por el mítico jugador. “Fue un gigante jugando, pero a lo largo de su vida solo cometió errores. Influye en muchas personas opinando sin estar autorizado para decir lo que dice, es evidente su envidia hacia Messi por lo que ha logrado”, indicó.
El sociólogo argentino Sergio Levinsky explica por qué muchos prefieren al Diego. “Maradona es la argentinidad. Es polémico, sentimental, cambiante, sagaz, ocurrente, punzante, divertido, soberbio, melancólico, contestatario, competitivo, y lo ha ganado todo y en el momento perfecto ante el rival soñado. Messi, es tímido, taciturno, familiero, sencillo, cumplidor, disciplinado, sistémico, solidario, profesional, inquebrantable, de bajo perfil”.
Según una encuesta de Ibarometro, antes de Brasil 2014, 62 % de la afición argentina cree que el “Pelusa” es el mejor jugador de la historia y el 53 afirma que, solo con un Mundial, Messi podría superarlo.
“Si hablamos de resultados quedó en deuda. La pasada Copa América estuvo flojo en la final y en el Mundial fue determinante para pasar la fase de grupos. Si buscamos un líder como Maradona no lo es, tuvo un montón de partidos malos y no cumplió las expectativas de ser el mejor del mundo. Pero la gran diferencia fueron los compañeros, no hubiese existido la leyenda de Maradona sin Valdano, sin Burruchaga, jugadores buenos que sacrificaron su ego; algo que no hicieron Agüero ni Higuaín. Pero Messi soportó mucho la mochila de ser él”, explica Lanza.
No se discute. Messi es leyenda, pero su nombre no está con las letras doradas que quizá merece. Su sufrimiento lo convirtió en la víctima de las circunstancias, muchas ajenas a él. La vida siempre le deberá algo más.