Investigado por la FIFA: Brayan Jiménez se presenta borracho ante la Justicia
El aspecto de Brayan Jiménez era tragicómico. El expresidente de la Federación de Fútbol de Guatemala, arrestado tras más de un mes prófugo de las autoridades, llegó a la Torre de Tribunales de la capital del país en estado de ebriedad para declarar por sus presuntos vínculos con el escándalo en la FIFA.
“Me encanta estar bolo (borracho)”, dijo Jiménez a los medios de comunicación en un lenguaje casi incomprensible, tras ser capturado en un edificio de la zona 14 capitalina. Su paradero era desconocido desde el pasado 4 de diciembre.
Jiménez, que tenía mandato hasta 2017, está acusado, según la orden de captura en su contra, de los delitos de criminalidad organizada y lavado de dinero, por su supuesta participación en el caso de corrupción dentro del organismo que regula el fútbol mundial.
Él insistió ante la prensa que estuvo “todo el tiempo” en la capital, pero que no se había entregado antes porque “estaba tomando mis traguitos”.
Jiménez fue separado de la presidencia de la entidad deportiva el día 4 de diciembre, al igual que Héctor Trujillo, secretario general de la institución y magistrado de la Corte de Constitucionalidad (CC) de Guatemala, también implicado en el caso.
Según el informe de la de Justicia de Estados Unidos (EE.UU.), en marzo de 2010, Jiménez aceptó junto a Trujillo, secretario general del fútbol guatemalteco, y Rafael Salguero, uno de los tres representantes de la Concacaf en el Comité Ejecutivo de la FIFA, un soborno “de seis dígitos” por los contratos de televisión de los partidos de calificación para el Mundial 2018.
En febrero de 2014, Jiménez y Trujillo negociaron con la empresa Media World un nuevo acuerdo por los derechos de televisión para la clasificación a la Copa del Mundo de Qatar 2022, por el cual ambos mandatarios recibirían un pago de 200.000 dólares. Y Jiménez percibiría, según la investigación del Departamento de Justicia norteamericano, otros 200.000 dólares adicionales.
Trujillo fue capturado en Estados Unidos cuando realizaba un crucero con su familia, pero consiguió la libertad bajo una fianza de 4 millones de dólares el pasado 7 de enero.
El viceministro de Seguridad de Guatemala, Elmer Sosa, declaró a la radio local Emisoras Unidas que Jiménez no opuso resistencia ante su detención y se encontraba solo. Según la Policía Nacional Civil (PNC), el arresto “sin violencia” se produjo después de dar “vigilancia y seguimiento al caso”, que permitió localizar al ex presidente en el edificio Torresol.
El operativo, a cargo de la Subdirección General de Análisis e Información Antinarcótica (SGAIA) duró 72 horas, en las que se pudo observar que varias personas “allegadas” a Jiménez lo llegaban a visitar a dicho edificio. El subinspector de la de la PNC, Stu Velasco, dijo que el operativo de detención fue un “éxito” y que los agentes habían utilizado el “factor sorpresa” para que no atentara contra su propia integridad, ya que presentaba signos de “malestar psíquico”.
Jiménez pasó la noche en las cárceles de Tribunales y este miércoles se celebrará la audiencia de primera declaración en el Tribunal 5 de Sentencia Penal, aunque la hora está sin definir, según fuentes judiciales consultadas por EFE. Su abogado intentará “allanar” el camino para que el expresidente sea extraditado a EE.UU. lo antes posible.