Gimnasios del Luis Aparicio: el reto de la Gobernación
La cuesta es muy empinada para la Gobernación del Zulia en el rescate del Polideportivo. Mucho se entrena en sus gimnasios y poco se habla de la situación precaria que afrontan los nueve clubes y asociaciones que allí hacen vida. Las salas de entrenamiento del estadio Luis Aparicio tienen obstáculos muy altos.
Allí abunda excremento de murciélago en las paredes, baños fétidos, a oscuras y carentes de salas sanitarias y mucho deterioro. 300 deportistas, entre niños, jóvenes y adultos, son afectados por el descuido en el que se encuentra el complejo deportivo por excelencia del Zulia.
Los atletas de tiro con arco, taekwondo, judo, sambo, gimnasia rítmica, karate-do, pesas, luchas y boxeo, tienen hasta cuatro años padeciendo y los entes gubernamentales no atienden sus pedidos, como la reparación de los baños y del cableado eléctrico, servicios de los que fueron despojados desde hace poco más de un año por un robo masivo a las instalaciones.
Este miércoles, en una rueda de prensa ofrecida por Leonet Cabeza, secretario regional de Deporte, mientras se iniciaban los trabajos de recuperación del Polideportivo, se estableció que pronto realizarán reuniones con los presidentes de las asociaciones que hacen vida en el Luis Aparicio, y que el equipo Águilas del Zulia será el encargado de recuperar el coso zuliano.
“Hemos hablado con las Águilas. La inversión de la organización va a ser recuperar la infraestructura, no nos van a dar entradas. No vamos a percibir dinero, no vamos a solicitar arrendamiento en bolívares sino que ese dinero se vaya acumulando y se vayan arreglando los gimnasios del Luis Aparicio”, de manera que el equipo aporte un porcentaje del monto a invertir, y que el gobierno complemente la cantidad con los recursos de los fondos regional y nacional del deporte.
La misma propuesta se hará a los otros equipos que hacen vida en el complejo marabino, explicó Cabeza.
¿Qué padecen?
Los atletas de tiro con arco no tienen pista donde practicar, pues la que utilizaban fue inhabilitada el año pasado cuando hicieron dos cañadas en el sitio, por lo que por ahora practican en el estacionamiento del Luis Aparicio. A pesar de que las prácticas se llevan a cabo al aire libre, el problema de electricidad también aqueja a los usuarios de ese gimnasio.
La seguridad también es necesaria, pues en el 2015 fueron victimas de un robo que dejó a las categorías inferiores con dos arcos menos y un sin número de flechas, contó Jorge Carrasquero, entrenador y presidente de la Asociación de Tiro con Arco del estado Zulia.
En judo ya perdieron la cuenta de cuantas veces han solicitado que se les ayude en la infraestructura y mantenimiento del tatami. “Toda la vida hemos tenido un problema con el techo, cuando llega la temporada de lluvia escampa afuera primero y aquí el agua sigue cayendo”, comentó Daniel Zavala, entrenador.
Y es que, además de quedar inundados, el tatami se moja y el agua llega a la tarima de madera, que luego de ser humedecida es visitada y desgastada por los comejenes, “cuando venimos a ver la madera está débil”.
Lucha abandonada
Al igual que la mayoría de los gimnasios, los baños del de lucha olímpica están inhabilitados. “No tenemos agua ni para que los muchachos orinen, hagan sus necesidades o se bañen. Yo me encargo de traer el filtro de agua con hielo porque tenemos que ayudar a los atletas”, sostuvo Jesús Leal, entrenador de la disciplina.
De hecho, el agua se pierde en las duchas porque no hay regaderas ni llaves de paso.
Durante el recorrido, Leal mostró el estado de la tarima donde entrenan. “La colchoneta se nos está dañando. La tarima tiene un hueco donde los muchachos han caído y se han lesionado la rodilla, y los codos”.
Los muchachos de boxeo entrenan con sacos remendados, las niñas de gimnasia tienen una alfombra desgastada para entrenar y hacer sus presentaciones. Aunado a esto, algunos baños, como el de pesas, tienen huecos en el cielo raso porque no hay electricidad y es la única manera de obtener un rayo de luz. Las salas sanitarias son inexistentes en los nueve, pues los ladrones cargaron ellas, con la grifería de los lavamanos y hasta con las puertas de algunas duchas.