Empate entre Inglaterra y Eslovaquia mete a los británicos en los octavos
La selección inglesa desaprovechó una oportunidad de oro para meterse en octavos como primera del grupo B al obtener este lunes un triste empate sin goles ante una Eslovaquia que deberá esperar a lo que pase en el resto de los partidos para conocer su destino en la Eurocopa.
El combinado de Roy Hodgson finalizó segundo del grupo al golear Gales a Rusia (3-0), por lo que su rival en la siguiente fase será el segundo del grupo F, en el que figuran Portugal, Hungría, Austria e Islandia, y en el que está aún todo por decidir.
Inglaterra partía como clara favorita puesto que nunca había perdido antes contra el conjunto eslovaco. Sin embargo no pudo con el bloque defensivo del conjunto que lidera el central del Liverpool Martin Skrtel. Eslovaquia, que tratará de clasificarse entre los cuatro mejores terceros, apenas inquietó a Hart.
Roy Hodgson cedió ante el clamor de la afición e incluyó en el once inicial a Vardy y Sturridge en ataque. Pero además revolucionó al equipo con otros cuatro cambios dejando a Rooney en el banco y dando entrada a Wilshire y Henderson en el centro del campo. En los laterales colocó a Clyne y Bertrand, en vez de Rose y Walker.
Mientras que Jan Kozac varió menos su once habitual con tres variaciones, entre las que destacó la entrada en punta de Duda en vez de Duris
El equipo inglés llevó la iniciativa toda la primera parte, pero acusaron la ausencia de Rooney, reconvertido a organizador con su selección. Sin el jugador del Manchester United a los pross les costó hilvanar el juego y a Vardy y Sturridge les costaba recibir el balón.
La animación ofensiva inglesa llegaba por la banda derecha en las paredes que tiraban Clyne y Henderson. El primer aviso de la tarde llegó a los 5 minutos tras un centro de Clyne que Vardy remató alto con la rodilla.
El delantero del Leicester a punto estuvo de marcar al cuarto de hora al recibir un balón largo y ganarle en carrera a Skrtel hasta quedarse sólo delante de Kozacik. Pero no logró superar al portero eslovaco.
Con Eslovaquia atrás e Inglaterra jugando sin imaginación el partido resultó lento y espeso. Un potente disparo de Lallana recién cumplida la media hora que obligó a Kozacik a realizar una gran parada levantó al público de sus asientos e hizo suspirar hasta el príncipe Guillermo. Pero ahí quedó todo en la primera mitad porque Eslovaquia se fue al descanso sin lanzar ni una sola vez entre los tres palos. Su estrella, Hamzik, no intervino prácticamente en el juego.
Tras la reanudación se animó el encuentro al comenzar a tomar la iniciativa el conjunto de Jan Kozak. Un fallo en la cesión al portero con el pecho de Smalling que a punto estuvo de robar Mak y una parada de Hart a un disparo de Weiss fueron las únicas ocasiones eslovacas en todo el partido.
La selección inglesa respondió con un disparo de Clyne que despejó con fortuna Kozacik.
Roy Hodgson decidió que era entonces el momento para dar entrada a Wayne Rooney, cuando aún quedaba más de media hora para el final. Llegó entonces la mejor ocasión inglesa que no fue gol por que Skrtel sacó bajo los palos un disparo de Alli tras una bonita combinación con Henderson. Con la presencia de Rooney Inglaterra tocó más el balón pero le costaba muchísimo crear peligro. El técnico inglés volvió a mover ficha y metió a Kane por Sturridge, y a Alli por Lallana, pero los cambios no dieron resultado e Inglaterra se tuvo que conformar con un decepcionante empate.