El alcohol, remedio anti-estrés del N.1 mundial del tenis de mesa
El mejor jugador mundial de tenis de mesa, el chino Ma Long, agregó un inusual producto a su dieta especial para los Juegos Olímpicos: el alcohol, una sustancia que le ayuda a superar el estrés recurrente que sufre.
El número uno chino domina desde hace tiempo el ranking internacional, pero no pudo clasificarse para los Juegos de Londres-2012.
El año pasado ganó el campeonato del mundo en la categoría individual en su quinto intento, una victoria tardía que suscitó numerosos interrogantes sobre su fuerza mental.
El musculoso joven de 27 años oriundo de la provincia de Liaoning (nordeste), con una capacidad técnica impresionante, tiene un servicio fulgurante e imprime unos efectos desconcertantes a la bola.
Pero sus problemas para gestionar la presión obligaron al capitán del equipo de China de tenis de mesa a buscarle métodos de relajación.
"Para Ma Long, hay dos cosas importantes", dijo a la AFP. "La primera es ir a un bar a beber alcohol cuando la presión es muy fuerte". "La segunda es hablar con él para distraerlo", agregó.
Ma Long consume con moderación, precisa su entrenador, porque el objetivo es que se "relaje un poco". Porque "las obligaciones que se impone a diario son muy estrictas".
- 'Liberarme de este lastre' -
En Rio, Ma Long disputará los torneos individual y por equipos junto a su compatriota Zhang Jike, medalla de oro en Londres-2012, a quien espera privar de un inédito segundo título olímpico individual consecutivo en la disciplina.
"Creo que Ma Long es el favorito para el oro", declara su entrenador Liu Guoliang. "Ahora debemos estar atentos a su fuerza mental y quitarle el estrés".
Para algunos observadores, Ma Long es el mejor jugador de tenis de mesa de la historia, todavía más potente y rápido que el legendario sueco Jan-Ove Waldner.
Un estatuto que añade presión al joven chino, en cuyo palmarés solo falta el oro olímpico.
"Debo liberarme de este lastre", explicó Ma Long a la AFP. "Es la única manera de lograr el oro".
Más de 1.000 millones de chinos tendrán lo ojos clavados en Rio y en este jugador, famoso en un país donde el "ping pong" es un motivo de orgullo nacional.
Antaño, los jóvenes deportistas chinos tenían pocas alternativas al tenis de mesa, en un país pobre y desprovisto de instalaciones de nivel internacional.