Carolina Marín irá a Río con la fórmula "calma, alegría y fuerza"
La española Carolina Marín, doble campeona mundial de bádminton, afronta los Juegos Olímpicos de Río con "calma, alegría y fuerza", dispuesta a "luchar por el oro".
La jugadora onubense, que ultima su preparación olímpica en el Centro de Alto Rendimiento de Madrid, asegura sentirse muy orgullosa de haber conseguido que el bádminton se reconozca en España y de que tanta gente la siga.
Considera que la motivación es clave para conseguir sus objetivos, por eso, en cada competición, se repite a sí misma: "Puedo porque pienso que puedo". Ese es el lema con el que viajará a Río de Janeiro el 4 de agosto para competir en sus segundos Juegos Olímpicos.
En Londres 2012 fue eliminada en la fase de grupos por la vigente campeona olímpica, la china Li Xuerui.
"Fui a Londres con 19 años y con muy poca experiencia en competiciones absolutas. Ahora mis aspiraciones son otras totalmente distintas: voy a luchar por una medalla de oro".
"Mi objetivo es disfrutar, dar mi mejor bádminton y creo que tendré muchas opciones de ser campeona si pongo en práctica las palabras que mejor me definen como deportista: calma, alegría y fuerza", añade.
Carolina llega a Río como doble campeona del mundo y de Europa, títulos que la sitúan a la cabeza de la lista del ránking mundial de bádminton.
Debutará el 11 de agosto en la fase de grupos, donde se medirá con la danesa Line Kjaersfeldt y la finlandesa Nanna Vainio, y aunque dice que prefiere no señalarse como favorita, es una de las aspirantes indiscutibles a la medalla: "Todavía no soy consciente de haberme convertido en la mejor del mundo y no quiero decir que soy la favorita porque entre las diez primeras del ránking mundial hay muchas favoritas, pero lo que sí está claro es que soy una de las que va a aspirar al podio", afirma.
Si gana una medalla en Río, sería la primera para España en bádminton. "Me siento honrada y muy agradecida con la gente que me sigue. Para mí es un orgullo haber sido la pionera en dar ese paso que todo deporte necesita para que la gente lo quiera seguir".
Traslada también su agradecimiento a sus compañeros, "que me han apoyado en los buenos y en los malos momentos" -dice-, y a la residencia Blume, a la que llegó con tan solo 14 años: "Llevo aquí 9 años y en todo este tiempo he ganado experiencia y madurez como deportista pero, sobre todo, he crecido como persona".