Zulianos abarrotan el cementerio para recordar “al rey de la casa”
Eran las 9:15 de la mañana. El pequeño Marcos decidió quitarle el ramo de flores a su abuela Elva, y caminar más rápido. Ayer, su abuelo Marcos cumplía un año de muerto, y además era el Día del Padre. El dolor familiar era visible en el cementerio Corazón de Jesús.
El pequeño se acercó a la tumba donde su abuela se derrumbó a llorar junto a sus dos hijas. “Abuela, si tú lloras, yo también. Abuelo está bien, feliz día, abuelo, ¿me escuchas?”, expresó el pequeño, que al igual que cientos de infantes se acercaron ayer con algún familiar y pasar el Día del Padre en el cementerio ubicado en la avenida La Limpia.
Las familias llegaban en grupos. Juliana caminó con sus dos niños de 7 y 6 años, a visitar a su esposo. “Nos dejó hace dos años y desde entonces la vida me ha costado”, expresó con lágrimas, mientras acariciaba a sus hijos.
Xiyuang Lam se aferró a la mano de su tía. Visitan muy poco el cementerio, pero ayer se acercó con una rosa para su padre y abuelo quienes fallecieron hace un año. “Estoy distante del cementerio, por eso vengo poco, pero en esta fecha era fundamental visitarlos, siempre los recuerdo, ellos me cuidan”, dijo.
Las flores se vendían en ramos pequeños. Entre 1.000 y 1.500 costaban las rosas. La gente no se quejaba, no hay costo cuando de la familia se trata, exclamó uno de los comerciantes.
Muchos abuelos también se acercaron, perdieron a sus jóvenes hijos. Delia Morán vio partir a su primogénito de solo 24 años, dejó una niña que “me lo recuerda siempre, tiene sus ojos y en ellos veo esperanza”.