Tratamiento psicológico y sanitario oportuno influye en la recuperación de los pacientes con Covid-19

El paso del coronavirus por el mundo ha demostrado que no sólo afecta la salud física de quien lo padece, sino que puede generar afectaciones emocionales en los pacientes, médicos y en la población en general.
El aislamiento voluntario, que aún en Venezuela es incomprendido por la ciudadanía, a la par del incremento de contagios, empieza a crear paranoia en la colectividad que teme ser sacada de sus hogares y confinadas en lugares alejados de sus familiares.
Para el psicólogo Rubén Turtulici, monitor de la Red Zulia Amnistía Internacional, el manejo de la cuarentena por Covid-19 por parte del Estado genera actitudes de desesperación y ansiedad en un país que se limita a incumplir las medidas sanitarias encomendadas
El confinamiento prolongado ha dejado ciertas consecuencias psicológicas, porque hay un mal manejo por parte de las autoridades en cuanto a la cuarentena y el área sanitaria, lo que ha creado miedo y crisis, así como depresión, ideas suicidas y ataques de pánico, todo esto según la historia y la realidad de cada persona”, asegura el especialista, quien también se desempeña como experto en derechos humanos.
Turtulici también manifiesta la necesidad de que los portadores del virus de Wuhan reciban apoyo que les permita crear confianza, debido a que “es una enfermedad no esperada y poco analizada por el contaminado”.
Los contagiados deberían tener apoyo al menos por vía telefónica. No se le puede aislar como si fueran un paquete o una cosa. Es necesario que las autoridades brinden este tipo de herramientas para la mejoría de su salud metal”, ratificó el miembro de Amnistía Internacional.
El psicólogo detalla que es adecuado que los pacientes expresen lo que siente ante un profesional que se comprometa a acompañarlos durante su padecimiento.
Las emociones son parte del ser humano. Es normal que las personas sientan miedo, rabia, impotencia, no podemos adoptar una actitud en la que queramos reprimir las emociones, porque hay que dejarlas fluir no de manera desbocada pero sí expresarlas. Es importante no aislarse del todo. Debemos crear una cercanía subjetiva entre nosotros”, ratifica.
De lo psicológico a lo sanitario
En cuanto al tratamiento sanitario, Edgmar Parra, gastroenterólogo internista, afirma que el “mantenimiento del paciente dependerá de los síntomas que posee” y si amerita o no asistencia ventilatoría.
El especialista en salud digestiva considera que en algunos casos “es difícil darle un ambiente privado a cada contagiado debido a la cantidad de casos”.
Sobre el manejo de los contagiados, por parte del personal médico la Organización Mundial para la Salud (OMS), recomienda a los combatientes del Covid-19 llevar guantes desechables para proteger las manos, y batas limpias no estériles para evitar que se contamine la ropa. Así como usar delantales impermeables o monos como equipo de protección personal (EPP).
También deberán utilizar mascarillas de uso médico ( para resguardar nariz y boca) y protección ocular, por ejemplo, gafas o pantalla facial, sobre todo antes de entrar a la sala de admisión de los pacientes con infección respiratoria aguda presunta o confirmada.
Lavarse las manos con frecuencia proporciona más protección frente al contagio del coronavirus que usar guantes de goma. El hecho de llevarlos puestos no impide el contagio, ya que si uno se toca la cara mientras los lleva, el virus pasa del guante a la cara y puede causar la transmisión”, aconseja el organismo.
Para la limpieza ambiental en los establecimientos de atención de salud o los domicilios que acogen a pacientes con el afección, según la OMS, deberían utilizarse desinfectantes que actúen contra los virus encapsulados, como el coronavirus.
Entre ellos la organización insta a usar 70 % de alcohol etílico para esterilizar equipos especializados reutilizables, por ejemplo, termómetros, y hipoclorito sódico al 0,5 % para la desinfección de superficies que se tocan con frecuencia en los hogares o en los centros médicos.
Del hospital a la normalidad
La experiencia de haber sido portador del virus no sólo queda en el tiempo y en el hospital donde el contagiado fue atendido. El regreso a la normalidad puede llegar a ser tan dificultoso como haber padecido la enfermedad o intentado combatirla.
Luego de superar la etapa de crisis, el sobreviviente del coronavirus deberá tomar las cosas paso a paso y tratar de volver a su rutina anterior al tomar actividades progresivamente”, recomienda Rubén Turtulici.
El psicólogo asevera que la evolución del curado de Covid-19 será según los síntomas o el episodio que padeciera. Además, sus allegados deberán entender que no solo se habrá recuperado de la enfermedad sino de una "crisis".
Ante el regreso a la regularidad de la población en general el especialista prevé que los ciudadanos “tendrán miedo a hacer lo normal” debido a que “después de cada situación de emergencia se crea un estrés postraumático”.
Habrá personas un poco paranoicas que no se querrán enfermar. La gente va a tener miedo de hacer las actividades cotidianas que hacía previas al confinamiento, algo denominado ‘Síndrome de la cabaña’”, añade.
Mientras llega la “anhelada” vuelta a la naturalidad Turtulici aconseja a la colectividad educarse en cuanto al virus sin dejarse llevar por el flujo de información. Así como a “comprender que hay que adatarse al tener en cuenta que la situación es pasajera”.
A aparte de tomar las precauciones sanitarias también es necesario que el Estado genere confianza en la población. Hay que revisar las estrategias de educación y comunicación que se emplean hasta el momento”, puntualiza.
Por su parte, Edgmar Para, gastroenterólogo internista, ratifica que el distanciamiento “es la medida de mayor eficacia que ha demostrado evitar la contaminación” y recuerda que debe ser mayor a un metro de distancia para “impedir la exposición directa a los fluidos contaminantes”.
Parra resuena las medidas sanitarias solicitadas por los entes gubernamentales y la OMS como lo son el uso de tapaboca que cubra toda la boca y el puente nasal que deberá ser esterilizado con frecuencia.
A esta prevención el profesional médico suma el lavado de manos por 30 segundos o más, así como la desinsectación de calzado y ropa que haya sido expuesta al exterior.