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¡Toman fotos y se van!: A la intransitable calle del "Universitario", nadie le mete mano

Luego de sufrir durante meses por aguas negras, los huecos son los que reinan la calle ahora. Los conductores de las rutas Uni 6 y Circunvalación 2 se han pronunciado ante la problemática; sin embargo, los entes gubernamentales continúan sin tomar cartas en el asunto

"Como un colador", así definen los transeúntes a la calle 66 que colinda con el Hospital Universitario de Maracaibo, en el tramo que está entre la consulta externa y el rectorado viejo de LUZ. Los huecos y zanjas son incontables. Transitar con la rapidez que amerita una emergencia médica: es imposible. Pacientes, pasajeros y transportistas claman solución al problema, que ya tiene cuatro meses.

La calle está cubierta por decenas baches. A plens luz del día, los conductores realozan un sin fin de maniobras, de un lado a otro, para esquivarlos.

Cuando las lluvias azotan la zona, la vía parece una piscina y el agua cubre por completo el deterioro, dejando a los vehículos a la deriva, que, al azar, buscan cruzar el trecho procurando no quedar atrapados.

El artífice de la situación fue un bote de aguas negras que inundó el paso, socavando el pavimento hasta abril del presente año, cuando Hidrolago hizo presencia en el lugar destapando las cloacas. Pero el desastre en la carretera ya estaba hecho.

 

A sólo unos metros de los cráteres, los transportistas de la ruta Uni 6 y Circunvalación 2 son los más afectados pues a diario deben pasar por el malogrado pavimento que, más de una vez, han dañado sus unidades.

Uno puede recorrer la vía hasta seis veces al día, entonces nosotros, que pasamos cargados por ahí, el tren delantero se nos ha dañado, además de una infinidad de cauchos y rines que hemos tenido que cambiar", declaró Albert Lugo, chofer de la ruta C2.

 

Lugo explicó que la Gobernación se ha acercado en varias ocasiones para examinar y evaluar el campo, haciendo promesas de pronta solución que nunca han llegado a nada.

Algunos de los cráteres más grandes se ven rellenos con arena y escombros, en busca de amortiguar la caída de los carros en ellos. No muchas veces salen victoriosos, pues el desnivel y los grandes pedazos de bloque que se asoman en medio de la calle hacen más pronunciado el tambaleo.

 

 

Sin embargo, los transportistas también han tenido que velar por la integridad de sus pasajeros, creando una barricada en la acera impidiéndole el paso a los motorizados, quienes, huyendo de hundirse en los cráteres, transitan por ella.

Cuando llueve, nosotros ponemos en nuestra parada piedras y palos, porque el agua crea una piscina en toda la calle y las motos se van por la acera. No hace mucho, uno de ellos bombeó a una señora que estaba esperando montarse en el bus", relató Javier Troconis, miembro de la unidad de transporte C2.

 

Jhon Carmona, conductor de una unidad de descarga para los kioscos situados en las afueras del hospital, denunció que parte de la mercancía que transporta ha sido víctima de la terrible carretera, cuando, hace menos de una semana, cayó en uno de los huecos, reventándole las ruedas gemelas del lado izquierdo, causando que se rompieran tres alas de refrescos que transportaba.

Los conductores denuncian la falta de compromiso de los entes gubernamentales, donde, en compañía del presidente de la Central Única de Transporte del estado Zulia, Erasmo Alián, han hecho diversidad de reclamos y solicitudes a la gobernación, los cuales solo "toman fotos y se van".

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