Terminal de Pasajeros continúa en la desidia

El sudor corría lentamente por su rostro. La desesperación jugaba con su paciencia, ahí estaba María Silva, una mujer de 28 años, sentada en la sala de espera del Terminal de Pasajeros de Maracaibo.
Llevaba a un pequeño en los brazos. El infante estaba cubierto solo de una franelilla color blanco y un pañal desechable. María le proporcionaba aire fresco con un abanico ya que el aire acondicionado de la sala de espera hace meses dejó de funcionar, aún así el pequeño no paraba de llorar. “Esta bravo, con calor y mucho sueño, pero no puede dormir”, dijo agobiada.
Comentó que el servicio en cuanto a comodidad y confort para los pasajeros dentro de la institución ha desmejorado con el paso del tiempo.
Se aprecian los pisos desgastados, la mugre se esparce en ellos y en las paredes.
Luis Mavárez, trabajador del lugar, señaló que desde hace un año el descuido en las instalaciones ha ido en ascenso, “aquí lastimosamente no hay un ente que se encargue de mejorar el terminal. Prometen y no cumplen, así estamos por estos lados”, agregó el trabajador mientras se disponía a remover parte de los escombros de un anden que se desplomó a mediados del año pasado y hasta la fecha no ha sido reparado.
Curioso por la presencia del equipo reporteril de Versión Final, se acercó Wilmer Araujo, socio y conductor de la línea Machiques-Maracaibo, a quién el año pasado le cayó parte del techo del anden número seis.
Comentó que la directiva del terminal se comprometió a “tenerlo listo para Semana Santa y estas son las fechas y ni siquiera han comenzado con la restauración”.
Inseguridad
Trabajadores y usuarios denuncian la constante presencia del hampa en la estación. Alegan que caída la noche el terminal se convierte en una cueva de lobos porque no existe el alumbrado público. María ha sido víctima de ello, porque viaja constantemente al interior del país.
Se quiso contactar al director de la institución, Nerio Romero, pero fue imposible la comunicación.