El diario plural del Zulia

En San José surca un río de aguas servidas

Caminan entre un río de agua podrida. Cada rincón de la pequeña casa de la familia Chirinos, ubicada en la calle Santa Eliza, del sector San José, es alcanzado por el putrefacto líquido que brota sin control de los sumideros de la vivienda.

Hace más de cinco meses los integrantes de la familia batallan cada día para sacar las aguas negras que se cuelan por todos lados. Cuando llueve el desastre es mayor, entre más agua sacan, más se desborda.

Las consecuencias no se han hecho esperar, enfermedades respiratorias y altas fiebres aquejan a los tres niños que habitan en el hogar. Pero el riesgo mayor lo asume la matriarca, la señora Ana Chirinos quien tras un cáncer de seno fue sometida a mastectomía del pecho izquierdo hace tan solo 15 días.

“No puedo ni dormir en esos cuartos porque el olor es insoportable. Me da miedo que se me infecte la herida. Hay muchas bacterias por todas partes”, comentó la señora Ana.

Carga siempre con el drenaje y su bolsa de medicamentos. Pasa todo el día sentada en una mecedora en el frente para evitar contaminarse, mientras su hermana Julia y sus hijas sacan balde tras balde de agua. Las niñas tienen prohibido bajarse de la cama, para que sus piecitos no se mojen.

“Esto es horrible. Ya no damos para más con esta situación. Cada vez que alguno va al baño inmediatamente salen las heces. Es asqueroso”, relató Julia. Muchas madrugadas se han convertido en un calvario en medio el agotamiento físico por tratar secar sus pertenencias y sacar toda el agua posible.

Los Chirinos no son los únicos, pero si los más afectados. Las seis casas a su alrededor no se inundan con aguas negras, pero los vecinos si deben atravesar un río para salir de sus viviendas, pues las dos alcantarillas que están ubicadas en la calle se desbordan constantemente.

Son incontables los reportes ante Hidrolago. En diversas oportunidades los habitantes se han dirigido al ente con la esperanza de que solucionen su problema, pero la respuesta siempre es la misma: “más tarde enviaremos una unidad para el sector, a que inspeccione”, según contó Ana.

A pesar de que van hasta San José, no es mucho lo que hacen. Miran, levantan un informe y se van alegando que no tienen disponible por los momentos el vacum, para destapar las tuberías.

Anteriormente por lo menos llegaban, destapaban bien las cañerías con máquinas y pasaba un largo tiempo sin que el agua se desbordara, pero desde hace cinco meses no volvieron a realizar estos trabajos. El desborde es permanente y la angustia de los Chirinos incrementa cada día. Temen perder lo poco que tienen a causa de las aguas servidas.

“Es injusto la forma en la que viven y no les importa. En la comunidad hay muchos niños, personas de la tercera edad que no deberían estar expuestos a esta insalubridad, pero ya ni se molestan en atendernos en la hidrológica”, sentenció Léxida Montero, vecina de la comunidad.

 

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