“Los empresarios son los héroes de esta época”
“Estoy dejando una mejor cámara, pero estoy dejando un peor país”, comenta Franco Cafoncelli, presidente saliente de la Cámara de Comercio de Maracaibo (CCM), citando a Jorge Roig, exdirigente de Fedecámaras.
“Yo hubiera querido tener mejores noticias”, afirma, pero en sus dos años de gestión hubo muchos logros: creció en 50 % la membresía del gremio; se creó el comité de restaurantes –con más de 50 agremiados– y el de centros comerciales que, en vez de crear nuevas cámaras, se alió a la de Maracaibo, con peso y prestigio, para organizarse y trabajar en comunidad.
“Nuestro balance es positivo, es un ejemplo de que a pesar de la mala situación, se pueden hacer las cosas bien, porque el empresario sigue creyendo en el país”. Amaya Briner de Foglio lo sustituirá mañana en el cargo, cuando se celebre la Asamblea Anual Ordinaria, a las 5:00 pm. Será la primera mujer en ocupar la Presidencia en 121 años de historia de la organización.
Cuando Cafoncelli asumió la presidencia de la CCM, en medio de la guarimbas de 2014, sus allegados le decían: “Estás agarrando la Cámara en su peor momento”, pero su fe en el progreso del Zulia y Venezuela lo animó a dar el paso.
“Los empresarios son los grandes héroes de esta época, porque son los que se han atrevido a decir las cosas, a seguir trabajando y creyendo”. Siempre el diálogo Cafoncelli asegura que como presidente de la Cámara de Comercio se reunió con el Gobierno nacional y regional. Sus planteamientos siempre giraron en torno a un cambio de modelo económico y más seguridad jurídica para los empresarios privados, pero al final de cada reunión la pregunta del Estado era la misma: “¿pero qué hay que hacer?”.
“Sesenta y seis economistas dijeron exactamente cuáles son las medidas que hay que tomar, pero ellos (el Ejecutivo nacional) están oyendo a las personas que les dicen las cosas que ellos quieren oír, y eso no funciona en ninguna parte del mundo”.
Los inversionistas privados creen en las cámaras de comercio, subraya Cafoncelli, porque unidos se saben más fuertes. “Si no llegamos a un consenso, aquí no se va a lograr nada. Estamos a punto de un colapso: no hay harina, no hay agua, no hay medicinas. No es una mentira”.