La zulianidad y el cine nacional convergen en el Teatro Baralt
La Gaceta Oficial Extraordinaria número 694 del 6 de febrero de 2002 contiene el decreto 272, según el cual se establece que debe festejarse, enaltecerse, demostrar el orgullo por las costumbres, tradiciones, cultura, valores e idiosincrasia de los habitantes de esta parte del occidente venezolano: la Zulianidad.
Han pasado 20 años desde que se declaró el 28 de enero como Día de la Zulianidad, fecha seccionada de manera intencional para destacar un momento icónico en la historia zuliana, pues remonta a 1821 cuando la provincia de Maracaibo pronuncia su separación del gobierno español y se declara unida a la Gran Colombia.
“Debe dársele la importancia que merece el grito de independencia en la gesta emancipadora venezolana porque después de 10 años de guerra y de batallas encarnizadas, fue a partir de la separación de la Provincia de Maracaibo de la corona española, cuando se consolidó el proceso de independencia de Venezuela”, puede leerse en la Gaceta Oficial Extraordinaria.
Pero la Zulianidad no solo está contenida en hitos de la historia venezolana. El ser y el sentir zuliano están representados por elementos distintivos que identifican al nacido en este estado, cuya identidad regional se caracteriza por tener una fuerte carga simbólica vinculada con la música, el arte en sus distintas manifestaciones, la religión, la gastronomía y la arquitectura.
La arquitectura zuliana es referente de diversidad, de mezcla, de sincretismo, con sus tradicionales casas de techos altos, grandes ventanales y colores estridentes, que en armonía con edificaciones modernas y centenarias dibujan la silueta de la ciudad, algunas de ellas convirtiéndose en iconos de la zulianidad como el caso del Teatro Baralt.
La relación del zuliano con el Teatro Baralt “es muy estrecha a nivel visual”, comenta el Director de esta institución, Jesús Lombardi. “La imagen del Teatro Baralt es muy particular porque a pesar de circunscribirse en el estilo Art Deco, tiene una cantidad de elementos muy propios del Ingeniero Hoet que lo diseñó con su particular personalidad y topología”, afirma.
Lombardi considera que cuando se habla de zulianidad el Teatro Baralt representa una imagen cultural para la región, “al igual que el puente es la imagen de la modernidad sobre el lago y la basílica lo es en cuanto a la fe y religiosidad”.
Aunque algunos zulianos no han visitado el Teatro Baralt “por una falta de políticas que no han permitido que el ciudadano común pueda disfrutar de visitar sus espacios o disfrutar de espectáculos”, Lombardi considera que sigue siendo un ícono de la zulianidad,“por ser el primer teatro de la ciudad, con 138 años de historia, ubicado en el casco histórico, donde se han sucedido los grandes acontecimientos políticos, sociales y de transformaciones urbanísticas. Ha sido la imagen referente de la cultura en la región, y por tal motivo, su relevancia”.
Zulianidad y la cuna del cine nacional
El 28 de enero de cada año constituye una fecha significativa para el Zulia y toda Venezuela, no solo por representar la celebración del hecho independentista y del sentir zuliano, también se conmemora la creación cinematográfica en el país y es el Teatro Baralt el recinto de la zulianidad, además de cuna y albergue para festejar el Día del Cine Nacional.
Hace 125 años se proyectó por primera vez una película venezolana en una sala de cine, ese escenario fue el Teatro Baralt. Hoy, este hecho es “un orgullo que se potencia y refuerza cada año con ser sede del Festival del Cortometraje Internacional “Manuel Trujillo Durán”, del Cineclub Universitario de LUZ”, comenta Jesús Lombardi.
El zuliano se ha caracterizado por ser un consumidor gran consumidor de cine que se ha alejado un poco de las salas debido al impacto de las tecnologías, a las circunstancias del país y al contexto. Lombardi asegura que se puede atraer nuevamente al público al “reforzar la actividad cinematográfica en nuestros espacios, con más debates sobre películas que a través de una cartelera temática podamos desarrollar”.
Agrega: “Debemos articular algunas ideas con nuestro aliado el Cine Club Universitario. Luego algunas alianzas con las oficinas culturales de las embajadas y de las distribuidoras cinematográficas”.
Para el director del Teatro Baralt estar al frente de la institución donde se proyectó por primera vez una película en Venezuela conlleva grandes desafíos. Es “un reto que este año espero asumir con mayor compromiso, espero que el postcovid nos permita poder desarrollar una programación propia, variada, basada en promocionar el cine nacional e internacional, con la posibilidad de que siempre se pueda tener una experiencia de compartir el mensaje de la película entre el público y algunos especialistas en los temas que se aborden”, concluyó.