Iglesia busca rescatar el valor del bolívar

Monseñor, Ubaldo Santana recordó una historia bíblica, cuando Jesús estaba en el templo, y en las afueras, los fariseos depositaban monedas de gran valor, las lanzaban para que se escuchara el ruido y que las personas supieran cuánto estaban dando. Una pobre viuda dio dos moneditas, de poco valor, Jesús llamó a sus discípulos y les dijo “mira, esta mujer ha dado todo lo que tenía”. A él le sorprendió más ese aporte, pues salía de su corazón.

El dinero, mucho o poco, siempre será parte del granito con el que se hacen grandes montañas de cosas. La iglesia zuliana busca rescatar el valor que tiene la moneda, que ha perdido significado económico en el bolsillo del zuliano junto a los billetes de menor denominación, pero no dejan de significar aporte para los templos religiosos.

“Jesús siempre le dio valor a las pequeñas contribuciones. Tenemos que recuperar en Venezuela, entre tantos valores que hemos perdido, el valor de las pequeñas cosas, de las pequeñas contribuciones que sumadas son las que hacen de verdad grande a un país”, insistió monseñor Ubaldo.

En conceptos religiosos, las iglesias siempre han recibido en la limosna las moneditas “que solo hacen peso”, pero ya ni en las alcancías se escuchan caer. El zuliano está botando las monedas y billetes de bajo valor.

Así lo manifestó el párroco de la Basílica del Chiquinquirá, Eleuterio Cuevas, quien además manifestó sentir “pena” por las personas que sientan desprecio por el valor económico de la moneda. “Me duele porque soy venezolano y esa moneda le costó al país una inversión”, reclamó con sentido de pertenencia.

Sabemos que la moneda es creada por el hombre, y solo tiene un valor social para el intercambio de servicios de bienes, pero cuando se bota una moneda “delato que ni mi país, ni quien lo está produciendo, ni el que lo está intercambiando sirve o vale”, así lo ve el párroco, por eso insiste a la feligresía que si hace peso, se lleve a la Basílica, donde ya hay más de cuatro potes llenos.

El bolívar sirve

Preocupación, eso sintió el padre Cuevas, por lo que se inició la campaña “El bolívar chiquinquiereño: no botes tus monedas, la Chinita las necesita”. “No son migajas, nuca las hemos visto así, pues, “toda moneda que la gente da la vemos como un símbolo de amor a Dios, porque lo que tengo te lo doy”.

Para Monseñor Ubaldo, estas intensiones producen crecimiento en la conciencia, pues “si empezamos a valorar nuevamente las pequeñas denominaciones, los pequeños valores, entonces valoremos también los pequeños gestos que nos encontramos de otros en la calle, el cariño, la amistad, el amor”.

Es necesario hacerle saber a los feligreses que la iglesia no es del padre, o el personal que ahí labora; pertenece a todos los eles cristianos, y a través de sus colaboraciones no solo desde el dinero, sino desde sus talentos, ayudan a crear la verdadera iglesia.

Desde ese mensaje que debe darse a los eles, el Obispo auxiliar de Maracaibo, Ángel Caraballo, también consideró que el pueblo venezolano no está para desechar, al contrario, es tiempo de ahorrar y ayudar.

“A los ojos de Dios, nuestras colaboraciones, pocas o muchas, si se hacen desde un corazón limpio y con ganas de ayudar a la iglesia o a los pobres, tiene un grandísimo valor. No debemos botarlas, ni caer en esta cultura de descarte, sino que debemos de aprovechar todo lo que tenemos. No estamos en tiempos de botar, ni desechar, sino reciclar, ayudar, ahorrar”, expresó el Obispo.

¿Qué se puede hacer con grandes cantidades de monedas?, el padre Eleuterio lo desconoce, pero de inmediato visualiza y planifica, quizá un intercambio con el Banco Central de Venezuela, u otra empresa que las acepte, “lo cierto es que el valor del metal redondo debe dolernos, como venezolanos. Queremos tener un punto de vista moral y decir: ‘no lo puede botar, es válido para nosotros’”.

En la ofrenda de la eucaristía, o cuando pases agradecerle a Dios, deja una moneda, no la botes, y verás que los resultados del aporte que piensas pequeño, serán grandes.