El diario plural del Zulia

¿Funciona en realidad la Misión en Amor Mayor?

Unos 80 mil adultos mayores en el Zulia faltan por ser incluidos en el sistema. Desde el 2013 hay un decrecimiento.

Mucho gusto, mi nombre es Hugo C h á v e z Frías, presidente de la República.

—Presidente, queremos trabajar— contestan las cinco damas sin dejar tregua.

Así lo cuenta Lucy Estela Fernández. Para ella el comandante Chávez era un ídolo. El tatuaje que tiene en el antebrazo izquierdo con la firma del difunto da cuenta de ello. Cree que con él vivo no estuviera mendigando un plato de comida.

Son las 10:00 de la mañana de un día cualquiera de marzo. Ella se recuesta a una carretilla donde los buhoneros del centro de Maracaibo transportan la mercancía. Los rayos del sol pegan en su rostro debido al espejo que hace un charco de agua proveniente del Convento San Francisco de Asís, al final de la Plaza Baralt.

Se despierta sin nada en el estómago como la mayoría de sus días. Va preparada a trabajar limpiando los puestos del Centro Comercial de Mayoristas “Las Pulgas”, ubicado en la avenida Libertador de Maracaibo, en pleno centro.

Su acercamiento con el expresidente Chávez fue en el 2003, estaba acompa- ñada de cuatro mujeres más que estaban sin empleo. Desde entonces, ella y sus acompañantes entraron a trabajar como cocineras en el Palacio de Miraflores. Él las ayudó. Pensó que no tendría que recorrer más calles. En el 2011 cuando se inició la Misión En Amor Mayor ya no estaba dentro de la mansión presidencial por “circunstancias”, recuerda.

Creyendo en el proyecto revolucionario hizo los trámites para gozar del beneficio. Ella está dentro del 64 % de las mujeres en el país que no cuenta con la pensión del Seguro Social, según un estudio publicado por la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal).

El “Comandante eterno”, como lo llaman sus seguidores, estaba en cadena presidencial el 7 de diciembre de 2011. La prensa internacional presente esa noche en Caracas frente a un Chávez disminuido por el cáncer escuchó el anuncio de la nueva Misión.

Édgar Silva, defensor de los derechos humanos de jubilados y pensionados, comenta que Chávez pensionaba a 40 mil personas mensualmentel.

 

Una semana después se emitió el decreto N° 8.694, exactamente el 13 de diciembre. Lucy puso la esperanza en ello. Hoy con 61 años ha fenecido su creencia y con cada limpieza que hace sobrevive un día más. Cuando los buhoneros le pagan se lleva 500 bolívares diarios a su hogar temporal, de lo contrario recoge restos de verduras en el mercado y así sacia su estómago.

Édgar Silva, coordinador nacional del Comité de Derechos Humanos para la Defensa de Pensionados, Jubilados, Personas Adultas Mayores y Personas con Discapacidad dice que los primeros inscritos de la Misión fueron 1 millón 270 mil personas, de ellos hasta el 2013 pensionaron 500 mil.En los meses siguientes el sistema quedó paralizado y para 2014 no hubo ninguna asignación.

Dentro de esas cifras tampoco está Marina Inciarte, ella tiene la misma edad de Lucy y presenta condiciones distintas. Está discapacitada producto de una elefantiasis. Su vida transcurre sentada en una silla de plástico que coloca en el frente de su casa viendo pasar a los vecinos. Se distrae en ello. Vive en compañía de una sobrina y dos hermanas, ambas de la tercera edad. Solo una está pensionada por el Seguro Social. Con eso comen, con esa garantía se endeudan cada quincena para alimentarse.

Para 2015, estando ya Nicolás Maduro en la silla presidencial volvieron las pensiones sin contribución. Unos 300 mil adultos mayores estarían dentro de los beneficiados. Se publicaron dos listas, una en octubre y otra en noviembre. “Solo se pagaron 50 mil. No hubo dinero para las demás. Las personas hicieron sus reclamos pero de tanto insistir se cansaron”, revela Édgar Silva.

Desde hace cinco años para acá ha habido cobros para el ingreso. Cobran por tres meses y después los 50 mil bolívares ya no caen en la cuenta.

En defensa

Los ojos de Lucy enrojecen y botan lágrimas. Recuerda que está sola, a pesar de haber tenido tres hijos. El último de ellos esquizofrénico. “Hoy cumple un mes de muerto”, expresa. Un interno del mismo centro de resocialización donde estaba recluido, allá en Mara, lo ahorcó. Fue el 20 de abril del 2017.

Se pregunta porqué hay mujeres con la pensión que tienen mejores condiciones que ella. Yoraida Morán, directora general de la Casa del Abuelo en el Zulia, junto con Eva Margarita Padrón de Arias, quien es la presidenta, maneja el número de pensionados por el programa en el Zulia. La institución trabaja con ocho programas que destinan ayudas sociales a personas de la tercera edad.

“Cada vez que hay un listado el Zulia tiene un alto porcentaje de ingreso”, se- ñala Morán. De 2.500 adultos mayores que forman parte de la Casa del Abuelo, 729 están “En Amor Mayor” desde el 2016. La cobertura en el territorio nacional es del 80 % y en la región van 252 mil personas pensionadas, faltan alrededor de 80 mil por agregar.

Lucy es una de esas personas que han quedado rezagadas. A pesar de ser originaria de Capacho Viejo, en San Cristóbal, ha estado barriendo suelos marabinos desde hace cuatro años y desde aquí espera ser al menos censada. “La deuda social acumulada por años es gigantesca pero nosotros no paramos en la inclusión”. Yoraida Morán detalla que en el estado, en el último listado de 80 mil adultos mayores incorporados, 12 mil 400 fueron para el Zulia.

Son las 6:00 de la tarde de un día cualquiera. Lucy camina cojeando por un accidente que le destrozó la rótula hace seis años. Su vivienda esa noche es una posada, “Casa Mía”, ubicada en la avenida Padilla, ahí la espera Elvira un mujer cristiana evangélica que en ocasiones le brinda techo y comida.

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