El diario plural del Zulia

Feligresía de Los Puertos se rinde a los pies de la Virgen de Altagracia

Durante la solemne eucaristía pontificial en honor a la Protectora de la Costa Oriental del Lago, monseñor Ángel Caraballo, obispo de Cabimas, le pidió que ayude al pueblo a tomar discernimiento en sus decisiones, especialmente en los momentos más difíciles de la vida

Con emociones a flor de piel y pidiéndole por la suerte de tantos devotos que se unen en la fe desde la distancia, se celebró la solemnidad de Nuestra Señora de Altagracia, celeste protectora de los pueblos de la Costa Oriental del Lago, este lunes 26 de diciembre de 2022.

Durante la eucaristía pontificial, celebrada en horas de la mañana, estuvieron presentes José Luis Alcalá, secretario del Gobierno regional; y Rafael Ramírez, alcalde de Maracaibo, quien fue invitado especial de la ceremonia.

En la liturgia fueron proclamadas las lecturas de la misa de Nochebuena, unidas con el evangelio de San Lucas sobre la Anunciación, y se amenizó por las voces de la coral Nuestra Señora de Altagracia quienes interpretaron piezas icónicas para la devoción mariana como "Altagracia angelical" y el tradicional himno a la patrona, compuesto por el padre José Vicente Olmos, antiguo párroco del templo mariano.

Monseñor Ángel Caraballo Fermín, obispo de Cabimas, quien presidió la celebración, resaltó que este día se reconoce la obra que Dios hizo en la Santísima Virgen y del evangelio relata el hecho de donde se desprende el significado del nombre Altagracia, "Jesús, hijo del Padre, toma carne de las entrañas purísimas de María, la gracia más alta en la humanidad".

Indicó además características que ayudan a comprender la palabra del día, "Dios prefiere a los humildes, por ello escoge a María, ella se siente una hija pequeña e insignificante ante Dios, por eso se perturba; sin embargo el Señor se fija en ella porque está abierta a su voluntad, reconociendo a Dios como fuente de todos los dones".

Dijo que Dios no escoge la turbulencia sino el silencio, "sólo si tenemos silencio, si reflexionamos, podremos escuchar la voz de Dios, como lo hizo la Virgen en su vida", haciendo la invitación a "no dejarnos llevar por los impulsos del sentimiento en las decisiones de cada día, sino pedir discernimiento profundo con la oración, pensando cada cosa que se va a hacer".

Dios toma en serio al hombre en su libertad, por eso respeta la libertad de María, de ella dependió en gran parte la salvación del mundo, por eso la honramos, porque de su sí, nos trajo al Salvador", aseguró.

Finalmente monseñor Caraballo le pidió a la Virgen, "quien fue una mujer ejemplar que se dejó llevar por Dios, que nos ayude a ser humildes para tener tiempo de discernimiento y tomar las mejores decisiones siempre".

Al cierre de la eucaristía solemne, el párroco del templo, padre Héctor López, agradeció el acompañamiento de los gracitanos que, dentro y fuera del país se unieron en fervor durante la fiesta e invitó a las autoridades presentes a colaborar en las diferentes necesidades del recinto que fue declarado patrimonio cultural en 1985.

A la vez se reconoció el trabajo del vestido donado por el devoto Kelvin Manzano para el día festivo, un traje de piedras plateadas con una capa de hilos dorados.

En horas del mediodía fue realizado un homenaje de chimbangles de San Benito por parte de los vecinos de Punta de Palmas como pago de varias promesas a la Virgen.

Origen de la devoción

Según los datos históricos, la advocación se propagó hacia los años 1600 por la evangelización de los padres Agustinos, se cree que la primera representación de la Virgen fue un lienzo semejante al venerado en República Dominicana; luego al ser erigida como parroquia de Altagracia el 15 de septiembre de 1714, se registra que había una segunda imagen de un metro de alto, pero esta también desapareció.

La actual efigie de la Madre es de tamaño natural y se presenta como Nuestra Señora con los brazos abiertos, encorvada mirando al Niño Jesús que tiene a sus pies, de sus manos se desprenden rayos de oro y sobre su cabeza reposa la corona canónica que le fue otorgada por la Santa Sede en la clausura del tricentenario parroquial el 26 de diciembre de 2014.

Las fiestas tradicionales de la patrona debieran celebrarse el día 21 de enero, pero siguiendo la costumbre sirio-marianita y el rito bizantino, donde se conmemora al "personaje secundario ", al ser esta advocación la escena de la Natividad del Señor, le corresponde su fiesta por ende el 26 de diciembre de cada año.

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