Falta de gas doméstico, vialidad y red de aguas servidas agobian a vecinos de Santa Inés del Sur II [+Fotos]
Un calvario viven los habitantes del barrio Santa Inés del Sur II, ubicado en la parroquia Manuel Dagnino, al sur la capital zuliana. No pueden cocinar sus alimentos porque desde hace siete meses no les venden el gas doméstico y el servicio por tubería es deficiente. La zona no tiene vialidad asfaltada y abundan los botes de aguas servidas.
Adalí González, vecina de la barriada ubicada detrás de la urbanización Richmond, aseguró que desde octubre no han llegado las empresas encargadas de la venta de gas doméstico a llevar las bombonas. Dice desconocer el motivo de esta situación.
Giuliana Di Bartolomeo, quien se encuentra en estado de gravidez, manifiesta su preocupación por la falta del servicio para cocinar, "no descanso ni duermo bien", asevera, al mencionar las peripecias para preparar la comida sin gas.
Según Carlos Pacheco, en el sector no hay vialidad asfaltada ni aceras ni brocales, además de carecer de servicio de cloacas.
Hay tres brotes de aguas servidas en una sola esquina, que conecta con Santa Inés del Sur I y II, Bello Monte I, urbanización Sanatorio y la Richmond, y también conecta con los colegios 'Juan Germán Roscio' y 'Cuatricentenario'", dijo González.
Aseguró que en el barrio abunda la basura, "hay un botadero detrás de la urbanización Richmond, por residencias Catatumbo, donde pasan las redes de gas doméstico y le prenden candela a la basura, en cualquier momento explotamos".
Viacrucis de luz
La dirigente vecinal afirma que en el barrio la energía eléctrica falló aproximadamente a las 8:00 p. m. del lunes 18 de mayo y se restableció ocho horas después, este martes 19 cerca de las 4:00 a. m.
Apuntó además que la pasada semana tuvieron cuatro semanas sin electricidad, "no tenemos medidores, tenemos multifamiliares".
Los transformadores parecen adornos porque no cumplen con su función. Algunos se han quemado y las familias de Santa Inés del Sur II no tienen ni un dólar para mandar a repararlos, porque ahora cuesta dólares realizarles mejoras a estos artefactos, y mucho más adquirir uno nuevo.
Dijo González que desde el 31 de enero no han vuelto a vender las cajas CLAP. En medio de la cuarentena, no ha llegado el beneficio para las 560 familias que allí residen.