Especial// Escasez y engaños convierten a Zapara en la isla del olvido
La isla de Zapara es la puerta sin bisagra del Lago de Maracaibo y un proyecto turístico y comercial en potencia que nunca ha sido impulsado a pesar de tantas promesas que suenan huecas entre sus pobladores.
La isla le da la bienvenida y despide a los buques del mundo que transitan por el canal de navegación y que goza de dos ambientes: por un lado tiene las inquietas aguas del mar Caribe y la arena cálida apuntando hacia el golfo; mientras la otra orilla se encuentra bordeada por las tranquilas aguas del lago con sus costas sembradas de manglares.
Un paraíso que no tendría nada que envidiar a sus vecinas antillanas Aruba, Curacao y Bonaire, pero que se encuentra completamente abandonada por un Gobierno regional que dice haber invertido 350 millones de bolívares fuertes para hacer funcionar un turismo inexistente. Engaños y recursos millonarios dilapidados.
Con una superficie de siete kilómetros cuadrados, la extensión de tierra es cubierta principalmente por gigantes médanos que pueden llegar a tener una altura de casi 30 metros. En ella conviven unos dos mil habitantes que cada vez reciben menos visitas porque carecen de cualquier estructura viable para recibir temporadistas y por ende fuentes de ingreso para la isla.
La Alcaldía de Almirante Padilla es la principal fuente de empleo formal para los habitantes de la zona aunque también abundan funcionarios cubanos que laboran en las escasas oficinas del estado.
Zapara carece de arborización, servicios públicos, restaurantes, posadas, zona hotelera, programas organizados de visitas guiadas, entretenimiento, áreas verdes, limpieza, iluminación, caminerías, actividades ecológicas, centros comerciales y artesanales. Nada, solo un inclemente sol y zonas de zancudos agobiantes que nunca han sido fumigados.
Parque invisible
Sin agua, sin luz, sin comida, sin infraestructura, la isla se deteriora entre una decepción y otra. Las vallas anunciado la construcción de ecoparques turísticos con inversiones millonarias de parte del gobernador Francisco Arias Cárdenas sucumben a la corrosión del salitre, mientras su proyecto conservacionista es una montaña de botellas plásticas vacías de refrescos que nadie recoge y que amenazan con forrar de desidia con más basura e incertidumbre en una isla que sus pobladores llaman “la isla del olvido” por el mismo abandono.
El Gobernador la denominó recientemente el epicentro de la industria turística en la región, con aportes que superan los 200 millones de bolívares y otros 150 millones para el mantenimiento de infraestructuras que aún no se han llevado a cabo, con embarcaciones tipo Bergantín para 140 pasajeros que nadie ha visto luego de casi cuatro años de gestión.
Nadie en el Ejecutivo da cuenta de la utilización de estos recursos ni del desarrollo de los ecoparques. Recientemente el mandatario regional anunció una posible coordinación del proyecto turístico, pero en esta oportunidad con la participación de la Fuerza Armada Bolivariana y Corpozulia para el próximo 24 de julio, sin embargo nada evidencia la movilización de esfuerzos en la isla.
Calvario
La isla de Zapara como ente geográfico insular del municipio Almirante Padilla, junto con los municipios Mara y Guajira, mantienen desde septiembre pasado un Estado de Excepción que di culta el impulso de cualquier desarrollo.
Sus pobladores, la mayoría de la etnia añú o paraujana, se encuentran más preocupados por el tema de la escasez de alimentos, los apagones y la desidia propia de la crisis que por promesas cada vez más fallidas.
María Vílchez, madre de varios pescadores de Zapara, denunció que uno de sus hijos fue acusado y detenido por efectivos militares por traer gasoil para mover las embarcaciones y salir a pescar, porque “si no hay pescado no hay comida”.
Denunció que existe una mafia en Isla de Toas a la que todos los pescadores se encuentran en la obligación de comprar el gasoil, so pena de terminar amenazados o detenidos con penas por contrabando de combustible.
Sobre la reactivación del turismo en Zapara, Vílchez ya no cree ni en proyectos ni en misiones. “Cada vez que llegan nos dicen lo mismo, que presentemos proyectos, que recuperarán el Lago, que ayudarán con embarcaciones, pero se van y con ellos se esfuman las promesas.
Corpozulia, la Gobernación del Zulia y la Alcaldía mantienen un personal en la isla que no sabe dar respuesta a nuestras necesidades y los efectivos militares solo se hacen presentes con el alcalde Idelbrando Ríos para perseguir y poner preso a jóvenes que buscan gasoil en El Moján para surtir las embarcaciones y salir a pescar. Si no se la compramos a ellos nos acusan de bachaqueros”.
El educador, conservador de la especie de tortugas y líder vecinal y comunal de la isla Zapara, Francisco “Piñita” Rodríguez, responsabilizó al gobernador Arias Cárdenas y al alcalde Ríos, de la miseria que se vive en la isla.
“El gobernador Arias no tiene palabra y el alcalde Ríos está más ocupado en perder peso y lucir bien que en resolver los problemas de la población insular. Aquí todo tenemos que buscarlo bachaqueado de Maracaibo o de Colombia. La pesca ha menguado por la inseguridad. Al salir de pesca corremos el peligro de quedar a la deriva por los piratas del Lago”.
En uno de los abastos, el vasito pequeño con alguna bebida gaseosa para mitigar el calor cuesta 500 bolívares. Allí rememoraron que la última vez que vendieron arroz estaba en 800 bolívares el kilo, la harina de maíz en mil 400 bolívares. El agua y el hielo son un lujo, un desodorante y un jabón son considerados diamantes en bruto.
Solo en dos oportunidades las misiones del Gobierno trajeron bolsitas de comida para repartirlas casa por casa, pero no alcanzó para todos”. Señalan al alcalde Ríos de no asistir a ningún acto oficial del Gobierno.
“Ni siquiera apareció cuando pasamos casi tres semanas sin electricidad en la isla”, refiere María Gutiérrez, madre de cuatro jóvenes estudiantes que no ven mayor futuro en la isla.
Gutiérrez denunció que constantemente pasan por días enteros sin servicio eléctrico porque la barcaza de gasoil de la Alcaldía la utilizan para bachaquear a la vista del propio alcalde Ríos que no hace nada por esconder la situación.
“Por las noches nos morimos de calor, de terror y de las picadas de zancudos, que son una plaga inclemente por toda la isla”.
Yumaira Reyes es simpatizante del Gobierno y trabaja para la Alcaldía.
Recibió de Corpozulia una de las 20 casas que prometió construir el presidente Chávez en una de sus visitas a la isla acompañado del general Carlos Martínez Mendoza, actual embajador de Venezuela en Argentina. Sus tres hijos están enfermos por los efectos de vivir enterrados en la arena.
Corpozulia junto con la GMVV inauguró la segunda etapa del proyecto contentiva de cinco tetramódulos para un total de 20 viviendas que fueron levantadas sin hacer un estudio de suelos ni de impacto ambiental, por lo que se desconocen los criterios que prevalecieron para que las constructoras contratadas levantaran un proyecto sin el mínimo detalle para prever las condiciones por las que podrían pasar una vez entregadas a la población.
El proyecto venía con un ambulatorio que están construyendo desde hace 10 años y que aún no han concluido. La totalidad de las 20 viviendas se encuentran tapiadas ante las monta- ñas de arena de los medanos.
Yumaira Reyes pertenece a los Círculos Bolivarianos que exigen al Gobierno rendir cuentas sobre los recursos entregados para construir dichas viviendas.
Los afectados deben levantarse desde muy temprano todos los días para sacar la mayor cantidad de arena posible que le permita salir de sus viviendas. La situación mantiene enfermos a niños del lugar. Los consejos comunales de la zona no hacen nada para exigir respuestas.