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El hampa azota escuela de niños con discapacidad

Como si tuvieran agenda, casi mensualmente desde agosto, el hampa entra al Instituto Zuliano de Atención Integral al Niño (Izain) a llevarse cada objeto de valor. Ayer, los delincuentes se llevaron hasta los cuadernos y crayones de los pequeños estudiantes.

Sania Viana, directora del plantel, mantiene la cronología intacta. En octubre el asalto fue masivo, se llevaron tres aires acondicionados que aún no han sido repuestos. En enero, otra unidad de aire acondicionado; otro en febrero, uno más en abril. En ese mes los malhechores utilizaron una “pata de cabra”, forzaron puertas y se llevaron una consola. Meses después uno de los inodoros fue el objetivo en el hurto.

Hace tres semanas, los actos vandálicos fueron hasta la red eléctrica de la institución, se la robaron completa. Desde entonces están sin electricidad. La directora enfatizó que se hizo la denuncia y se buscó el apoyo con Corpoelec y las promesas siguen en ese contexto.

Ayer, el grupo de docentes llegó a la institución y se consiguió en la nada. Se llevaron cinco consolas, material didáctico; averiaron todas las lámparas y destruyeron los breques.

Esta acción violenta dejó a unos 150 niños con discapacidad y autismo, de las parroquias que conforman la institución ubicada en la urbanización La Trinidad, al norte de Maracaibo, sin su “refugio”, así lo definieron las maestras porque ese lugar es el centro de aprendizaje, motivación y hasta protección de esos pequeños, que desarrollaron sus habilidades con la ayuda del personal capacitado, pero además con las instalaciones hechas a su medida.

En el escritorio de la directora Viana están las copias de las denuncias que han levantado a los diferentes organismos del estado y la municipalidad, ninguna ha tenido respuesta.

“Hablé con el gobernador Francisco Arias Cárdenas hace 20 días, le planteé la situación y él inmediatamente accionó una comisión. Vinieron, recorrieron la institución, levantaron informes, pero lo único que sabemos desde entonces es que ‘se está procesando’”, expresó la autoridad del plantel.

No aires, más seguridad

El pasado 12 de mayo, después de que los ladrones se habían llevado el mayor valor de la escuela, las autoridades y el personal docente se reunieron con la comunidad, realizaron una asamblea donde participaron representantes de la Intendencia y los vecinos, quienes se comprometieron a visitar a las empresas públicas y privadas, para que ayudaran a cancelar la vigilancia, pero tampoco han respondido; al parecer no hay incentivo por colaborar a mantener de pie una institución que vela por la infancia.

Viana no puede creer que luego de 36 años que tiene la institución luchando por conseguir una sede propia, pasar de un local en la avenida Bella Vista al Hospital de Especialidades Pediátricas, y cuando por fin lograron un 4 de junio de 2015, que el mismo gobernador Arias Cárdenas les entregara la escuela que siempre soñaron, en menos de 12 meses quedaran sin nada. “No queremos que nos traigan aires acondicionados, ni nos doten de materiales educativos, necesitamos vigilancia”, exigió.

La académica no pide más de lo que por derecho se merece, incluso lo que un día le prometió Giovanny Villalobos, secretario de Gobierno, el pasado 6 de abril, cuando luego de un n de semana de robos en tres escuelas de la ciudad, anunció la activación de un plan que permita evitar los desvalijamientos en los planteles.

En aquel entonces, Villalobos indicó: “Estamos montando el Ven 911, una plataforma jamás vista en el estado, mejoramos su software y lo integraremos con el 171, con todas las policías, a los fines de abordar otro tipo de brigada escolar, para todas las escuelas públicas y privadas”.

Sufrimiento académico

La educadora Jesucita Romero llega a la escuela con su termo de agua, porque no hay desde hace meses, además lleva su papel higiénico, su comida y hasta su abanico de mano. Lucha por sus estudiantes, que también se quejan, se fatigan del clima, de las ganas de hacer sus necesidades fisiológicas y no poder, porque tampoco hay baños.

“Cuando el primer robo levantamos un plan de acción, sacamos a los niños en horas tempranas y los atendemos fuera, pero igual les pega, porque su condición los hace más vulnerables también”, contó preocupada la docente.

Izain está ubicada dentro de la escuela Luis Beltrán, están unidas en todo, incluso en los problemas. Desde el día del robo eléctrico masivo, 380 niños se ven afectados por la ausencia de luz, especialmente los pequeños de cuatro, quinto y sexto grado.

 

 

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