El diario plural del Zulia

Dieta a base de yuca y plátano genera desnutrición

Natalia es una niña wayuu que vive desde sus cuatro años merodeando los callejones del centro de la ciudad. Allí pide dinero junto a sus hermanos, mientras su mamá amamanta al último de sus seis vástagos.

En su paseo natural está ir por las mañanas a Los Plataneros. Compra uno o dos plátanos para asegurar la comida diaria. Habla poco, más bien sonríe siempre. Aunque la opacidad en su mirada deja entrever que su sonrisa expone una felicidad a ratos.

A veces cambia el menú. Cuenta que la yuca es lo segundo que come en su casa. De ahí no dice más palabra, parece que alguien la observa, mira a los lados y con la mirada gacha sale del lugar.

Quizás Natalia no esté en la cifra publicada ayer por la Unicef, donde alerta que 1,4 millones de niños está en peligro de muerte por desnutrición. Solo se referían a países como Nigeria, Somalia, Sudán del Sur y Yemen; pero ella presenta los síntomas: cabello opaco, piel reseca, estómago inflado.

Ealys López, directora de la Escuela de Nutrición de la Universidad del Zulia (LUZ), así lo detalla. Desconoce de cifras porque solo cuenta con las investigaciones estudiantiles que arrojan números alarmantes. Se abstiene de ofrecerlas por no ser oficiales. Sabe que un alto porcentaje está consumiendo solo yuca y plátano, entre otros carbohidratos.

Dice que las personas que solo se alimentan de carbohidratos presentan una desnutrición proteica calórica porque no está consumiendo proteína. Las identifica como aquellas personas con un sobrepeso “porque están hinchados, debido a la traslación de los alimentos. Tienen despigmentación en el cabello, piel reseca y el abdomen voluminoso. Se llama kwashiorkor”.

Consecuencias

Quizas Natalia no llegue a recuperar nunca su talla. Quizás no pueda desarrollarse académicamente o le cueste memorizar estudios. A ella, quizás, no se le desarrolló el sistema nervioso central completamente.

La profesora López detalla que el sistema nervioso central se termina de desarrollar después del nacimiento, incluso los niños de preescolar todavía están en plena maduración de este sistema. Para que esto se forme de manera óptima se necesita el consumo de ácido fólico, que se encuentran en los vegetales de color verde intenso. “Ese grupo de alimentos está limitado a los niños porque está inaccesible al bolsillo, sobre todo en las comunidades de bajos estratos”, comenta la experta.

Menciona que los niños como Natalia y sus hermanos pueden enfrentar un daño irreversible a nivel cognoscitivo y más aún si la madre, en periodo de lactancia, está malnutrida por déficit.

Natalia no va a la escuela donde pudiera obtener un poco de proteínas, en ese sector también hay problemas de alimentos. Las investigaciones de LUZ demuestran que no hay un alto consumo calórico porque las proteínas tampoco llegan en el porcentaje requerido.

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