El diario plural del Zulia

Devoradores del orden

Son las 11:30 de la mañana, Giovanny Sánchez espera el carro de Haticos para dirigirse a su trabajo. Debe llegar a las 12:00 en punto, y el recorrido es largo. La primera parada debe hacerla en el casco central de la ciudad de Maracaibo. Allí desembarcará para tomar un por puesto de la línea Valle Frío.

Dentro del vehículo mira reiteradamente su reloj. No le va a dar tiempo y la llamada “hora pico” empieza a desbordar la paciencia de los transeúntes en la calurosa avenida Libertador. Todos pasan, todos se atraviesan. Nadie se quiere quedar unos minutos más aguantando el inclemente sol maracaibero, además de los pitazos de los autobuseros.

El paisaje es incómodo, irritante; surgen episodios fuera de la legalidad, aunque la cotidianidad los convierta en casos aceptados.

carlosfariaversionfinalUn bus de Ruta 6 parado en medio del semáforo averiado que se encuentra frente a San Felipe hace que otros vehículos deban esquivarlo. El colector pregona que en la unidad “sí hay puesto”, aunque cinco personas vayan colgando fuera del vehículo como “banderita”.

Giovanny pilla la escena. Quiere llegar a su parada, pero el colapso formado por el autobús no lo deja.

El conductor dirige el carro hasta el canal rápido y Giovanny quiere quedarse allí para irse caminando. El trabajador del volante no se estaciona, sigue instrucciones, mira cuidadosamente a los lados y le dice: “podéis bajate”.

En ese momento, cuando la Libertador parece un estacionamiento, el bus aún recoge personas, sigue ocasionando el embotellamiento; un Conquistador blanco, también transporte público, de la línea Los Robles, busca cruzar en “U”. Lo hace sin resquemor, aunque le cuesta porque hay varios marabinos atravesando, corriendo peligro por la arbitrariedad.

El semáforo donde ocurre todo no sirve. Está quemado. Tampoco hay funcionarios dirigiendo, no se divisa uno en todo el perímetro y la anarquía sigue su curso.

“No hay respeto a las señales de tránsito, aquí se perdió todo”, dice Yomaira Guanipa, mientras está esperando su turno para irse en un microbús del Kilómetro 4.

Conducta

La psicóloga conductista Duilia Andrade argumenta que existen tres razones del porqué han incrementado el incumplimiento hacia las normas de tránsito en la ciudad. El primero de ellos tiene que ver con la “viveza criollacarritosversionfinal porque seguimos creyendo que somos vivos, cosa que solamente denigra de nuestro gentilicio y nos afecta”.

Detalla que el segundo aspecto se debe a la situación país y específicamente a la inseguridad, donde las personas temen detenerse.

“Esto es una conducta reforzada durante años por no haber castigo, por no haber ningún tipo de concientización del zuliano, del venezolano en general, acerca de cómo debe comportarse en situaciones como estas”, destaca.

Frente al volante, el marabino maneja de manera defensiva, re ere la especialista. La conducta esperada desde su percepción debe ser el manejo ofensivo, pero la tradicional manera de enseñanza al manejo es empírica, “aprendida por hermanos, papás o vecinos y no vamos a una academia y lo que hacemos es repetición”.

La desorganización y falta de señalización ante el crecimiento de la población también es uno de los factores que incide. Es destacado así por el sociólogo y además profesor de la Universidad del Zulia, Yvers Caruzo.

“Hemos crecido de manera muy desestructurada, desde el punto de vista de lo que han sido las políticas públicas. La poca inversión municipal desde el alcalde Chumaceiro, hasta nuestros días (...) ha habido buenos intentos, pero siempre con un salto como muy desplanificado del tema”, indica.

El investigador manifiesta que existe ineficiencia en la manera de cómo se ejecuta la norma, ya que a su juicio el mismo funcionario también desplaza: “un favor personal, el tema corrupción (…) hacen de la norma una cuestión reposicionable, adaptable a mi condición de funcionario, lo que me conviene y lo que no”.

Caruzo expone que el marabino no sigue un referente de ley porque no existe una representación a nivel de las sociedades, que es el referente que guía las conductas.

Y Polimaracaibo?

intervencionversionfinalEl Instituto Nacional de Tránsito Terrestre pasó a ser historia en cuanto a multas por faltas cometidas en la vialidad. Su presidente José Luis Serrano puntualiza que desde hace algún tiempo se encargan solo de legalizar documentos a vehículos.

En la ciudad la Policía de Maracaibo (Polimaracaibo) es la encargada de imponer multas. Pero ni aquellos que tienen las aceras como estacionamiento reciben una sanción.

El presidente de la Cámara Municipal de Maracaibo, Carlos Faría, sostiene que desde que fue intervenida Polimaracaibo, en febrero de 2015, ha desaparecido la seguridad en todos los aspectos.

Acotó que dentro del cuerpo de seguridad se realizaban distintos operativos dependiendo del departamento. “Teníamos uno de tránsito, urbanos, licores, ambiente; distintas dependencias mediante las cuales colocábamos multas, pero todo ha desaparecido, necesitamos nuestra policía”.

El dirigente acotó que la avería de los semáforos en la ciudad también colabora con el caos. Los apagones han dañado la computadora de los equipos y el aumento en el mercado es del mil por ciento. Esperan un crédito adicional del ayuntamiento municipal.

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