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Detección temprana y tratamiento oportuno contra el cáncer infantil: William apostó a la vida con Fundanica

“Pasar casi todos los días en un hospital no es fácil", expresó William Del Valle, un adolescente diagnosticado con leucemia. Hoy, Día mundial de la lucha contra el cáncer infantil, el zuliano celebra sus avances en su recuperación. Mientras más precoz sea el diagnóstico de una patología, el oncólogo pediatra tiene más posibilidad de curarlo", explicó el doctor José Castellanos, oncólogo pediatra

El cáncer no mide edad, físico ni estatus social. Una tumoración o enfermedad maligna puede aparecer en cualquier etapa de la vida, y lamentablemente, en Venezuela, cuatro mil 320 niños reciben este diagnóstico cada año, de acuerdo con la Sociedad Anticancerosa de Venezuela (SAV). En el caso del estado Zulia, gran parte de estos pacientes presenta leucemia.

“Más o menos el 70 % de los niños con cáncer tiene leucemia (…) Dentro de las patologías oncológicas, la más frecuente a nivel pediátrico es la leucemia, ella representa un 70 % de los casos que nosotros recibimos aquí y que se atienden a nivel mundial”, explicó el doctor José Castellanos, jefe del servicio de oncología pediátrica en el Hospital Universitario de Maracaibo y médico aliado de la Fundación Amigos del Niño con Cáncer (Fundanica).

En este 15 de febrero, Día mundial de la lucha contra el cáncer infantil, Versión Final entrevistó a William Del valle, un adolescente de 14 años al que la vida le dio una segunda oportunidad tras enfrentarse a una leucemia linfoblástica aguda bajo el apoyo de la fundación zuliana.

William y su madre, Deisy González, en el hospital

El relato toma otra perspectiva desde la voz del joven marabino, quien tuvo que ser hospitalizado hace 19 meses por una enfermedad que no comprendía por completo. “Era la primera vez que escuchaba esa palabra, no entendía lo que tenía”, recordó el adolescente.

“Fue difícil, yo jugaba béisbol, corría, saltaba, cuando me sentía mal no podía salir de mi cuarto, pasaba todo el día acostado, con sueño, hasta que un día mi mamá me llevó al médico (…) Me hicieron una hematología, saqué la hemoglobina a seis. Me pusieron una vía y estuve 16 días hospitalizado, después me dieron el diagnóstico de leucemia”, detalló William.

William pasó a estudiar y entretenerse desde su habitación

Su vida dio un giro de 360°, pasando de su rutinario colegio a una camilla de hospital, despidiéndose de amigos y de sus pasatiempos favoritos. “Pasar casi todos los días en un hospital no es fácil, ir a pabellón desde las 10 de la noche hasta las dos de la tarde sin comer, sin desayunar, sin almorzar, no es fácil”, expuso.

Pese a que el camino se llenó de obstáculos y caídas, Del valle se aferró al índice de pacientes recuperados en el Zulia, donde a pesar de la precaria situación del sistema de salud pública, Fundanica lo adoptó como a un hijo para cubrir sus insumos, medicamentos y evaluaciones que los hospitales no le ofertaban.

“Nadie sabe lo que ellos sufren”

La vida de Deisy González, mamá de William, se convirtió en una ruta de visitas diarias a los hospitales, farmacias de alto costo del seguro social y Fundanica, todo con el propósito de brindarle un tratamiento a su hijo.

“Gracias a Dios que la fundación es un apoyo muy grande para nosotros como padres, porque ellos nos aportan prácticamente el tratamiento completo, insumos, medicamentos, quimio, lo que se necesite”, detalló la progenitora.

El mayor propósito de la fundación fue realizar un tratamiento a tiempo que garantizara la sanidad de William. De acuerdo con el Dr. Castellanos, un gran porcentaje de niños con cáncer logra vencer la enfermedad.

“Son procesos que generalmente tienen buen pronóstico. Con un tratamiento oportuno podemos conseguir unas tasas de curación que oscilan en un 70 % (…) Mientras más precoz sea el diagnóstico de una patología, el oncólogo pediatra tiene más posibilidad de curarlo, si cuenta con los insumos, los recursos necesarios para el tratamiento, los resultados van a mejorar”, explicó el oncólogo pediatra.

Dr. José Castellanos en la unidad de Oncología Pediátrica del Hospital Universitario de Maracaibo

Aferrados a una esperanza y al apoyo brindado por los médicos, Deisy y William visitaban diariamente el Hospital de Especialidades Pediátricas de Maracaibo, así como el Hospital Universitario, donde a pesar de mantener su fe, las lágrimas corrían al conocer nuevos casos de distintas enfermedades terminales.

“Estar en un hospital no es fácil, se ve mucho dolor, y en este tiempo hemos despedido más de 15 guerreros. Es duro ver muertos a amiguitos de él (William) del hospital, te pones mal, el miedo te aflora, te desgarra por dentro. Las muertes que he vivido de los guerreros amigos de William me han marcado, el dolor te llega y te invade, te paraliza”, relató la madre de Del Valle.

Deisy González y su hijo en sala de espera

Aunado al contexto que la familia tenía que presenciar en los centros de salud, Deisy tuvo que convertirse en el pilar emocional de su hijo en el proceso contra el cáncer. “Cada vez que lo hospitalizan se me pone a llorar porque lo inyectan hasta 20 veces (…) Nadie sabe lo que ellos sufren y lo que uno sufre”, apuntó.

Los cambios físicos, las inyecciones de quimioterapia, la soledad en la habitación y la fe de sus familiares fueron los acompañantes del adolescente zuliano en los siguientes meses de su fase de inducción a la remisión e intensificación. “También fue duro cuando la doctora me dice que no puedo ir más al liceo, porque tengo muchos amigos allá. Pero ahora tengo amigos en el hospital (…) la psicólogo, la doctora también me ayudaron mucho”, expresó William.

Mi mamá siempre estuvo ahí, ella me dio mucha fuerza. Ella me decía que siguiera adelante, y que nunca me venciera”, agregó.

Esperanza en una detección a tiempo

Tras varios meses de batalla constante, llegó el día que el joven menos pensaba. Era la última fase de su tratamiento, pero también la más larga: el mantenimiento. Su cabello empezó a crecer de nuevo, su rutina se volvió más llevadera en el hospital, y el día de “tocar campana” se acercaba. Sin embargo, aún le quedan más de 13 pastillas para consumir a diario.

“Ahorita mismo tomo las 13 pastillas (quimioterapia) y en la noche después de cenar, purinethol”, detalló el paciente.

En la actualidad, William tiene un favorable avance con visitas regulares al oncólogo a la espera de los casi dos años que le quedan de tratamiento vía oral, ante lo que el Dr. Castellanos asegura que tiene grandes esperanzas de retomar su vida normal.

“Mientras menos avanzada esté una enfermedad, más posibilidades hay de curar. Nosotros tenemos muchos pacientes que han sobrevivido y ahora desempeñan una actividad positiva en la sociedad (…) Lo importante es tratar de forma oportuna”, apuntó.

William en compañía de sus médicos tratantes

El galeno hizo el llamado a los padres a tener consciencia de la vulnerabilidad de los niños ante este tipo de enfermedades, por lo que afirmó que hasta los más mínimos cambios en su salud deben ser monitoreados por médicos.

“Una de las primeras manifestaciones de un niño con leucemia es que el muchacho empieza a despertarse más tarde de lo habitual, si antes se levantaba a las 7:00 a.m., ahora se levanta a las 9:00 a.m., no quiere ir a la escuela porque está cansado, no quiere jugar con el resto de los compañeros, quiere estar durmiendo, ahí hay un cambio en la actitud en el día a día del paciente”, apuntó.

Sobre esto, la señora González contó que su hijo sintió dolor de cabeza, mareos y cansancio, por lo que alertó a las madres zulianas a estar atentas ante la aparición de síntomas. “No todos los cánceres son iguales, tenemos que estar conscientes, vale mucho más hacer un estudio para que la enfermedad se pueda evitar a tiempo y que nuestros hijos puedan decir amén en este proceso, eso es lo más importante”, expuso la madre de William.

William y su madre en Fundanica

Bajo el lema “detectar a tiempo es vencer”, la Fundación Amigos del Niño con Cáncer tiene a William como ejemplo de superación, siendo un joven que miró frente a frente a la muerte y que gracias a un diagnóstico oportuno hoy puede avanzar hacia su recuperación completa.

“Cuando toque campana, con el favor de Dios, quiero seguir estudiando, terminar mi bachillerato, ir a una universidad y escoger una carrera que me guste (…) A todos les digo que luchen, estudien y nunca dejen de vivir”, agregó el marabino.

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