Desvalijan el colegio “José María Vargas”
Bajo una frondosa mata de mango, ahí escuchan clase los niños. El hampa común invadió sus aulas, y pese a que los han desvalijado y les han quitado las comodidades para estudiar, sus sonrisas no se ausentan ante la precariedad en la que se desarrollan.
La Escuela Básica Nacional “José María Vargas”, ubicada al oeste de la ciudad, específicamente en la calle 51 de la urbanización La Victoria es la casa estudiantil de 429 niños. Un comedor con madres procesadoras, un cafetín y varias aulas escolares componen su arquitectura. Todas han sido desvalidas.
“El vigilante nos dijo que el hurto fue a las 10:00 de la noche del sábado (…) se robaron el cableado de un salón que suministraba electricidad para cuarto grado ‘B’, quinto ‘B’ y sexto ‘A’. Ya no aguantamos esta situación”, expresó en medio de tuberías eléctricas en el piso del aula afectada, la directora Mildreth Hernández.
El cuidador llegó a la institución y encontró las puertas de los salones abiertas, minutos después observó que los malhechores habían quitado algunas láminas de acerolit del techo para proceder a cometer su fechoría. No es la primera vez, este año escolar van cinco hurtos.
La comunidad manifestó que la directiva en todas las oportunidades ha hecho un informe y lo ha enviado a la Sala Situacional de Educación en el estado. En el documento se da cuenta de 32 laptops, tres aires acondicionados y la comida que es el alimento diario para los alumnos.
Elena Herrinson, maestra desde hace 11 años en el colegio, se siente muy triste por lo sucedido. “Yo compré un aire acondicionado junto a lo que puso cada representante y nos lo robaron”, señaló. Ella estaba impartiendo algunas directrices a sus alumnas en un aula oscura debido al hurto del cableado.
En cada salón se ve un remiendo con cemento. En vacaciones, días feriados o fines de semana abren boquetes para ir llevándose todo a su paso.
“Solamente la semana pasada agarramos a uno in fraganti, estaba haciendo un hueco en el cafetín para llevarse todo, nos han dejado sin nada (...) las tres bombonas de la cocina también se las robaron hace meses”, declara Gabriela Villaroel, madre procesadora de la institución.
Escobas y lampazos también fueron sustraídos de la escuela. “Nunca se han recibido recursos, primero escampa afuera que adentro”, sentenció otra de las representantes quien prefirió no ser identificada.
La cancha central hecha es el área de esparcimiento de los alumnos. A simple vista se divisan agujeros en el techo. Son orificios hecho por balas frías.
Sin baños
Aunque los sanitarios estén, las lámparas de los mismos también reposan en el almacén de los antisociales, quienes además se llevaron las tuberías de las aguas blancas, debido a esto los pequeños no pueden hacer sus necesidades.
“Queremos una escuela digna donde podamos estudiar en paz”, expresaba con pancartas el alumnado. Sus proyectos y documentos tampoco se encuentran en los archivos, los “ladrones” los acabaron.
Representantes del consejo comunal de la zona y padres de los estudiantes afectados esperan por la ayuda de los organismos competentes. No saben hasta cuándo sus hijos escucharán sus actividades en medio de la arena y el sol. Esperan que todo acabe pronto para brindarle la educación que merecen.
Asimismo, plantean que el Cuerpo de Policía Bolivariana del estado Zulia (Cpbez) haga patrullajes constantes sobre todo en horas de la noche, fines de semana o periodos de vacaciones. Temen que se pierda la matrícula por la falta de materiales y condiciones para brindar una educación de altura a los menores.