Conozca cómo Dios pudo hacerse un frágil niño de carne y hueso

Desde el amanecer del día de ayer, 24 de diciembre hasta la noche se presagiaban bendiciones y encuentro familiar, un ambiente distinto se sentía una mezcla de sentimientos pues la Virgen María estaba por dar a luz y mostrar en sus brazos la salvación de toda la humanidad en su hijo Jesús, sin embargo al ser un misterio entender cómo el Dios de la historia pueda hacerse un frágil niño de carne y hueso, la Iglesia católica ofrece datos que ayudan a entrar en su inmensidad.
Fue un hecho bíblico e histórico
Según la tradición, el evangelista Lucas se esmeró en el siglo II de nuestra era de recopilar información tanto de entrevistas de la familia de Jesucristo como de sus discípulos acerca de su vida, una de las personas más importantes fue la misma Virgen María quien le contó cómo fueron las circunstancias de sus primeros años.
Al ser médico, San Lucas quiso completar estos testimonios con la relevancia histórica de ese tiempo, por ello el relato del nacimiento comienza con la precisión del llamado al censo que se realizó en tiempos del emperador romano César Augusto que forzó a José y María a trasladarse de Nazaret a su natal Belén, a una distancia de unos 115 kilómetros entre ambas poblaciones, donde a ella “le llegó el tiempo del alumbramiento y tuvo a su hijo”.
Existe el lugar donde fue el Nacimiento de Cristo
La Basílica de la Natividad en Belén, Israel, es el templo que se levanta sobre el sitio exacto del Nacimiento de Jesucristo. La construcción del templo se remonta al siglo IV de nuestra era y fue edificado por orden del emperador Constantino; su interior es compartido por los ritos de la Iglesia ortodoxa, la Iglesia apostólica armenia y la Iglesia católica, así como también los ortodoxos sirios y coptos. Las peregrinaciones al lugar son numerosas en estos días.
No obstante, al ser descubierto el sitio del alumbramiento se encontraron dos pesebres iguales y por no saber cuál era el que había servido de cuna al Señor, se decidió guardar ambos y luego de la misa de Navidad el patriarca de la ciudad llevando una imagen del Niño Jesús, lo presenta ante la estrella de plata que cubre el piso original así como otro rincón del estrecho altar donde se resguardan los cajones originales, cuidadosamente decorados con iconos.
Una monja tuvo visiones del Nacimiento
La Beata Ana Catalina Emmerick, religiosa alemana, quien vivió entre los años 1774 y 1824, tuvo visiones de la vida del Señor y de sus padres, durante su servicio, algunas de las cuales fueron más fuertes que otras, en particular las de la Pasión de Cristo que la atormentaron durante largo tiempo y que inspiraron la película del mismo nombre dirigida por Mel Gibson.
Al ver el portentoso milagro de la Natividad, explicó que ya dentro de la gruta de Belén, la Virgen Santísima estando arrodillada se elevó sobre el suelo en estado de éxtasis con el vestido suelto y, siendo rodeada de una estela luminosa que ya no dejaba ver la pálida lampara de San José en el sitio, "ella oraba y bajaba las miradas sobre su Dios, de quien se había convertido en Madre. El Verbo eterno, débil Niño, estaba acostado en el suelo delante de María".
Vi a Nuestro Señor bajo la forma de un pequeño Niño todo luminoso, cuyo brillo eclipsaba el resplandor circundante, acostado ante las rodillas de María. Me parecía muy pequeñito y que iba creciendo ante mis ojos; pero todo esto era la irradiación de una luz tan potente y deslumbradora que no puedo explicar cómo pude mirarla. La Virgen permaneció algún tiempo más en éxtasis; luego cubrió al Niño con un paño, sin tocarlo y sin tomarlo aún en sus brazos". dijo la mística.
"Poco tiempo después vi al Niño que se movía y le oí llorar. En ese momento fue cuando María pareció volver en sí misma y, tomando al Niño, lo envolvió en el paño con que lo había cubierto y lo tuvo en sus brazos, estrechándole contra su pecho. Se sentó, ocultándose toda ella con el Niño bajo su amplio velo, y creo que le dio el pecho. Vi entonces que los ángeles, en forma humana, se hincaban delante del Niño recién nacido para adorarlo", relató.
¿Jesús o Emmanuel?
Para muchos es fácil la confusión en el nombre del Mesías, cuando ya desde las profecías de Isaías describe que de la virgen nacerá un hijo y le pondrá por nombre Emmanuel, que significa "Dios con nosotros" y en cambio al ser anunciado por el ángel Gabriel a María de Nazaret le indica que su niño debe llamarse Jesús que se traduce como "Salvador", esto no debe ser causa de polémica, sino de ver su relación en una sola persona, tal como lo explica el padre Jesús Sandoval, párroco del templo Nuestra Señora de Coromoto de la urbanización Los Olivos, en Maracaibo.
Ya desde el antiguo Testamento, Dios está con el pueblo, está con nosotros, pero necesitaba que hubiera alguien que pagara con su propia vida el pecado del mundo, por eso entra Jesús a la historia, para salvar lo que estaba perdido, por eso Él es ambas realidades, es el Emmanuel Salvador". dijo el sacerdote marabino.
Finalmente la Navidad es "un tiempo para vivirlo en santidad, planteándonos propósitos que nos hagan crecer como mejores personas, cambiando la paja vieja por la paja nueva", tal como indicó a Versión Final el locutor marense y director del Liceo nocturno El Moján, Juan José Morata Sánchez, quien invitó a celebrar esta noche santa y el resto de las fechas venideras viviendo en la esperanza que da el Niño Dios.