Cañada “se come” media carretera en Bello Monte

Huecos por doquier y carreteras casi desechas colman la capital zuliana. Desde los sectores más olvidados, hasta las avenidas más transitadas, el decadente asfaltado se ha convertido en una trampa para los conductores.
En la avenida 127, del sector Bello Monte, la carretera se desprende a pedazos, la dimensión del cráter, que se ha ido originando con el deterioro del sistema de desagüe del sector, va creciendo con el pasar de los días y el auxilio no termina de llegar.
Ya son más de tres años en los que el problema se ha ido agravando progresivamente. Comenzó como algo pequeño y la comunidad no creyó que llegaría a tal magnitud. Un hueco casi ocupa la mitad de la carretera y “se ha tragado” a más de un carro.
“Desde que nos dimos cuenta que esto comenzó a empeorar hemos pedido ayuda a la Alcaldía de Maracaibo, la Gobernación y todas las instituciones municipales que tienen competencia en estos asuntos, pero ha sido más que inútil”, relató Guisneli Muñoz, habitante de Bello Monte.
Por las noches lo único que se escuchan son los frenazos de los carros, pues cuando los conductores se dan cuenta ya están a pocos centímetros del hueco, el alumbrado público tampoco ayuda mucho, según los habitantes de sector.
Vecinos manifestaron que la cañada es usada como vertedero de basura, lo que contribuye al desbordamiento del cauce, que en los días lluviosos sale por todos lados el agua, inundando las casas a su alrededor.
“Todo esto se tapa, por tanta basura y la inconsciencia de la gente. Cuando llueve el agua sobrepasa la carretera y esa cañada parece un río. Es imposible pasar por aquí”, señaló Muñoz.
Esta avenida sirve de acceso para la línea de los carritos de la ruta Los Robles, por lo que tiene un tránsito pesado durante el día, incrementando las posibilidades de accidentes.
Más de un vehículo se ha precipitado por el cráter, sobre todo en horas de la noche, cuando pierde visibilidad y algún conductor que no conoce la vía maneja desprevenido.
Un carro con tres niños a bordo fue el último en caer a la cañada hace casi un año. “Menos mal que en ese entonces no estaba tan profundo, porque no hubiesen salido ilesos esos niños”, contó Guisneli.
La comunidad salió al escuchar el estruendo y entre todos se agruparon para sacar el carro del inmenso hueco con mecates. Los niños y sus padres resultaron ilesos, según cuentan los vecinos, quienes por un momento creyeron que no podrían salvar a los desafortunados.
“Se salvaron de milagro, porque el conductor no venía a tanta velocidad, de lo contrario hubiese ocurrido un desastre”, relató la vecina.
Sufren por gas
El desprendimiento de la carretera no solo ha generado accidentes y grandes sustos a conductores. La comunidad se ha ido quedando poco a poco sin el servicio de gas por tuberías, pues.
La mayoría pasan por este tramo y se han ido rompiendo.
“Hemos hecho trabajos, reparado las tuberías y se vuelven a dañar, porque constantemente se están rompiendo”, afirmó José Muñoz, también residente del sector.
Los reportes ante el Servicio Autónomo para el Suministro de Gas (Sagas), son inútiles. No asisten a la comunidad, ni siquiera para levantar un informe de la situación.
“Vamos hasta allá y nos dicen que no pueden venir al barrio, primero porque no tienen presupuesto para reparaciones y segundo porque para que funcione algún trabajo aquí, primero hay que solventar el problema de la carretera”, destacó Muñoz.
A pesar de las solicitudes ante la Alcaldía, para la reparación de esta vía principal, las únicas personas que se han acercado a la comunidad en representación de la municipalidad, solo tomaron fotografías del estado de la carretera y prometieron que iniciarían los trámites para solventar la situación, pero nunca más aparecieron.