Antes de las sanciones de EE. UU. 81 % de los hogares venezolanos vivían bajo pobreza extrema

Desde Miraflores y desde hace muchos años, la élite revolucionaria trata de imponer la narrativa de las sanciones, como el factor determinante de la crisis económica en Venezuela, y con el anuncio de Donald Trump, presidente estadounidense, de revocar las concesiones petroleras a Chevrón, el discurso se acentúa en medios y canales afectos al socialismo del siglo XXI.
Lo que supone la medida impuesta por Trump es realmente significativo, especialmente en un contexto de crisis inflacionaria y actividad económica insuficiente. Según el Observatorio Venezolano de Finanzas (OVF), en 2024 la actividad económica del país registró una expansión del 3,9%, siendo más del 70% de este incremento atribuible al aumento de la producción petrolera, en gran parte gracias a la contribución de Chevron.
Por ello, la cancelación de la Licencia 41 de Chevron tendrá repercusiones directas en los ingresos por exportaciones petroleras de Venezuela, con una caída estimada entre 50.000 y 100.000 barriles diarios en la producción petrolera del país. Francisco Monaldi, director del Latin American Energy Program del Baker Institute, calcula que la producción de Venezuela podría descender a 850.000 o 900.000 barriles diarios en 2025.
Walter Molina, politólogo venezolano residenciado en Argentina, asegura que Nicolás Maduro intenta convencer al gobierno y a la opinión pública estadounidense de que las sanciones son la principal causa de la emergencia humanitaria y, por ende, de la masiva migración venezolana.
En este contexto, ya han salido al unísono Delcy Rodríguez (siempre suavecita y sumisa contra Donald Trump para no hacerlo enojar) y varios analistas disfrazados de ‘académicos’ y ‘defensores de derechos humanos’. No obstante, como siempre, la propaganda y la barbarie deben enfrentarse con la verdad en la mano”, resalta Molina.
País en datos
De los más de ocho millones de venezolanos que huyeron del gobierno chavista, más de la mitad lo hicieron antes de 2019, cuando se implementaron las primeras sanciones petroleras de impacto. Este dato por sí solo, según Molina, quien cuenta con más de diez años de experiencia en ámbitos de liderazgo social y gerencia de la Administración Pública con enfoques en Campañas Electorales, Control y Seguimiento de Gestión, Logística, Red de Distribución y Planeación Estratégica, deja claro que la afirmación de que las sanciones son la causa principal de la migración es completamente falsa.
En 2016, el año más crítico para millones de venezolanos y antes de que se aplicaran las sanciones, el 81,8% de los hogares venezolanos vivían en condiciones de pobreza o pobreza extrema (Enconvi 2016). Además, los mercados carecían de alimentos y las farmacias de medicinas. Fue nuestro ‘período especial”, remarca. “El aumento de la pobreza, medido por la Encuesta Nacional de Condiciones de Vida, fue acelerado entre 2014 (48%), 2015 (73%) y 2016 (81,8%). Resulta curioso que aquellos que enfocan su discurso exclusivamente en las sanciones nunca mencionen este dato”.
Para Molina es importante destacar que, durante estos años mencionados, la producción de barril de petróleo en Venezuela nunca bajó de 2 millones, cosa que sucedió desde el 2017, incluso antes de las primeras sanciones sectoriales. “Porque la industria (como todo) la destruyó el chavismo, no las sanciones”, enfatiza.
El analista abordó la situación de “Venezuela pre-sanciones” y detalla los siguientes indicadores:
-La economía venezolana sufrió 14 trimestres consecutivos de contracción económica.
-El país perdió acceso efectivo a los mercados financieros internacionales debido al aislamiento que impuso Miraflores.
-Las importaciones de bienes humanitarios esenciales, como alimentos y medicinas, colapsaron en un 70% desde 2013.
-Ya se hablaba abiertamente de una Emergencia Humanitaria Compleja (que fue y hoy lo sigue siendo un diseño político).
El experto en Gerencia de Administración Pública, argumenta además que durante los meses en los que el gobierno de Joe Biden concedió licencias petroleras a Venezuela, los ingresos derivados de este permiso no beneficiaron a los venezolanos. No hubo mejoras en servicios públicos, en la infraestructura educativa ni en los hospitales. “Al contrario, los maestros, médicos y enfermeros siguieron huyendo o buscando otras fuentes de empleo”.