Alteración de bacterias puede generar cáncer e infartos

Contrario a lo que comúnmente se conoce sobre las bacterias, estas no son tan dañinas como parecen. El único detalle es que cualquier alteración puede desencadenar graves complicaciones médicas. Así lo explica el médico zuliano José T. Martínez, en su ponencia La Microbiota: de la protección a la agresión, durante su participación en el Congreso anual de la Sociedad de Endocrinología y Metabolismo de Venezuela 2017, realizado en Caracas.
“Todo ser humano las adquiere desde el vientre de su madre. Con el pasar de los años estas se transforman a tal punto que pueden comportarse como un órgano endocrino. De hecho, los alimentos que cada persona consume pueden llevar a las bacterias a que se conviertan en vitaminas o en agentes cancerígenos”, detalló.
Señaló que el consumo de alimentos altos en grasas como la “comida rápida” y el exceso de carnes rojas generan agresivas alteraciones en las bacterias desde el estómago al colon y producen cáncer de hígado, cirrosis hepática enfermedades cardiovasculares, infartos e hipertensión, que antes eran atribuidas a otras causas.
El especialista agregó que incluso enfermedades como la diabetes y la hipertensión también pueden ser causadas por las alteraciones de la microbiota.
La prevención es la clave. Las patologías antes mencionadas se evitan y no es tan difícil como parece. El especialista señaló que una dieta balanceada alta en fibras y carnes blancas –pollo y pescado pueden ayudar a que las bacterias de conviertan en vitaminas.
El consumo de prebióticos y probióticos son de gran ayuda, y aunque los primeros componentes de esas sustancias vienen de la lactancia materna, es necesario que continúe el consumo para el fortalecimiento de la microbiota.
José T. Martínez conceptualiza los términos: los prebióticos son aquellos que estimulan el crecimiento y la actividad de bacterias beneficiosas para la flora intestinal, principalmente bifidobacterias y lactobacilos. La más favorables es la lactulosa - azúcar sintético usado en el tratamiento del estreñimiento y la encefalopatía hepática”. Sus componentes suelen aportar a la textura las cualidades sensoriales de los productos lácteos fermentados, galletas, mermeladas, pan y leche.
Asimismo, indica que los probióticos tienen como función principal mejorar la población de bacterias beneficiosas intestinales ya que promueven su desarrollo. Al crecer en el intestino y adherirse a la mucosa intestinal, evitan que otras bacterias dañinas se implanten y ejerzan sus funciones negativas, actuando como una barrera que evita la colonización del intestino por gérmenes patógenos.