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Acueductos clandestinos abastecen de agua a la Guajira

La falta de mantenimiento y la insalubridad paralizó tres de los cuatro acueductos que pertenecían al Gobierno municipal. Actualmente, los camiones cisterna de la Alcaldía surten a los llenaderos clandestinos que les venden el vital líquido a un alto costo, lo que hace que se triplique el valor de las pipas para las comunidades.

El llenado de cada camión cisterna oscila entre 5 y 10 mil bolívares, y estos revenden el agua a los pobladores a un precio de 500 bolívares por pipa o dependiendo la cercanía del sector, ya que un viaje completo de un camión hacia sectores como Cojoro o Kasusain, en la Alta Guajira, cuesta alrededor de Bs. 50.000 y no cualquiera puede darse el lujo de pedir una carga completa, ya que son zonas donde se genera poco ingreso económico.

Mujeres con niños en brazos madrugan desde los sitios más lejanos y se instalan en unas pequeñas bancas en los alrededores de los acueductos, situados en el sector Puerto Aleramo de Paraguaipoa, con el fin de esperar quien quiera surtirles de agua, pero no siempre cuentan con buena suerte ya que en muchas oportunidades los viajes están comprometidos y la espera para poder ser atendidos puede extenderse hasta por dos días. Una faena diaria de la cual se hacen cargo los voceros de los consejos comunales o algún líder de las familias que se decida buscar el agua para todo el grupo.

Insalubridad

Este servicio que prestan los acueductos clandestinos, ante el deterioro de los municipales, no es óptimo, debido a que ninguno de estos lugares tienen registro ni autorización para llenado, el agua es salada por la cercanías al mar, pero aun así prestan la asistencia a las comunidades porque, de no ser por ellos, el municipio viviría la peor sequía que ha atravesado en los últimos años, a pesar de contar con el segundo acueducto de agua dulce más grande estado Zulia, situado en el sector El Escondido y que antes de la vaguada de diciembre de 2010 atendía a la sub-región Guajira y otros municipios aledaños.

A esta crítica situación se han sumado todas las comunidades de la Guajira, ya que la falta de agua potable se ha agudizado en los últimos siete años y el municipio dejó de depender de la planta de tratamiento El Brillante, por la falta de mantenimiento de las tuberías, lo que generó que dos parroquias se sumen a la atención por camiones cisternas, un servicio mal administrado y que por falta de coordinación deja a diario a más de 20 zonas sin agua.

Según los encargados de uno de los acueductos paralizados, estos se encuentran sin atención desde hace más de 5 años, ya que la presencia de funcionarios del ayuntamiento municipal no se ve en los llenaderos, manteniéndoles en abandono y generando su paralización total por insalubridad y motobombas dañadas, que imposibilitan el suministro del vital líquido.

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