El diario plural del Zulia

Aborto legal al paredón

Cuba, Guyana, Puerto Rico y Uruguay permiten la práctica durante las primeras semanas de gestación. Argentina se en la para aprobar la aplicación

“Yo tengo derecho a decidir si quiero tener un hijo o no. Tengo derecho a decidir sobre mi vida y
mi cuerpo. Estoy de acuerdo con la legalización del aborto”, argumenta Ángela Ortiz, de 24 años, estudiante del 4° semestre de Ingeniería en la Universidad del Zulia. “Si no quieres embarazarte por
qué no te cuidas, por qué acabar con una vida”, refuta Anabel Corzo, de 25 años y cursante del 8° semestre de Medicina.

Así, con argumentos a favor y otros en contra, se debate el tema del derecho al aborto legal en las calles de Venezuela, uno de los países donde las leyes tipifican esta práctica como delito. La polémica no es nueva, sin embargo, la reciente aprobación del proyecto de Ley para la Interrupción Voluntaria del Embarazo, en Argentina, aviva las discusiones en los últimos días.

Hablar del aborto no es tabú, pese a que la práctica sí lo es; se realizan clandestinamente, a voz baja, en todos los estratos sociales. Se realizan en clínicas y en las casas de los barrios humildes. “Según fuentes del Ministerio de Salud, en 2016 se registraron 700 muertes de mujeres por causa ligadas a la maternidad, entre ellas el aborto clandestino. Esto significa un incremento del 66 % en comparación a 2015. Es la cifra más actualizada que tenemos”, refiere Gioconda Gutiérrez, integrante de la Araña
Feminista.

Asegura que la sociedad patriarcal en la que vivimos criminaliza a la mujer cuando queda embarazada con el argumento: ¿Por qué no te cuidaste? “Pero son muchos factores los que inciden en un embarazo no deseado, entre ellos, el ecónomico. El costo de las pastillas y otros métodos anticonceptivos hace que
se cree una barrera entre quienes tienen la posibilidad de evitar un embarazo y quienes no”.

El Código Orgánico Penal venezolano establece en sus artículos 432 y 433: “La mujer que intencionalmente abortare, valiéndose para ello de medios empleados por ella misma, o por un tercero,
con su consentimiento, será castigada con prisión de seis meses a dos años”. Solo lo exime de pena cuando la vida de la madre está en peligro.

“Salí embarazada a los 20 años. Por un momento mi familia y yo pensamos en interrumpir el embarazo, porque afectaría mis estudios y el papá del niño no quiso responderme. Luego de analizarlo decidí tener a mi hijo. Era injusto que abortara para huir de responsabilidades. Conté con el apoyo de mis padres,
pero no todas las mujeres tienen el mismo contexto. No estoy de acuerdo con el aborto, pero tampoco juzgaría a quien decida practicarlo”, narra Mariana Fernández, médico ginecóloga.

Victoria verde

El 13 de junio, la Cámara de diputados de Argentina aprobó el proyecto de Ley para despenalizar y legalizar el aborto. 129 votos a favor se impusieron sobre 125 en contra. El Senado podría convertirlo
en Ley el próximo 27 de junio.

En las calles del país, cuna del papa Francisco, se vivió la algarabía de ciento de miles de mujeres que celebraban la victoria de una lucha histórica. La polémica inundó las redes sociales. Se hizo viral el tema. El pañuelo verde es hoy símbolo de 27 años de lucha de las feministas de Argentina.

Las líderes del movimiento Católicas por el Derecho a Decidir, que impulsó la aprobación de esta ley, son mujeres en edades comprendidas entre 60 y 80 años. Abogadas, sindicalistas, teólogas, filósofas, y mujeres que estuvieron en el exilio, e impulsaron desde sus parroquias la legalización de la interrupción
voluntaria del embarazo. La siguen miles de estudiantes, profesionales y amas de casas que exigen autonomía sobre sus cuerpos.

El caso argentino retumbó en otras sociedades de América del Sur. Chile, México, Perú, Colombia, Costa Rica, Venezuela y Ecuador también se adhirieron a la campaña y crearon sus propios pañuelos, de diferentes colores.

El miércoles, de Red de Información por el Aborto Seguro, la Araña Feminista y el Frente Cultural de Izquierda presentaron ante la Asamblea Nacional Constituyente (ANC) la propuesta para debatir el tema en nuestro país.

El documento apunta a la revisión del artículo 76 de la Constitución con la intención de modificar el concepto de maternidad desde la concepción e incluir la posibilidad de elegir no tener hijos y proteger la maternidad voluntaria.

El proyecto contemplaba despenalizar el aborto hasta la semana 12 de gestación en cualquiera de los casos y hasta la semana 20 en caso de violación, y de presentarse malformaciones que no sean compatibles con la vida.

Daniella Inojosa, representante del colectivo Tinta Violeta, re ere que la propuesta es la misma por la que abogaron los grupos feministas en Argentina. “Educación sexual para decidir, anticonceptivos para no abortar, aborto legal para no morir. Hay que modificar los sistemas de Educación, Salud y Justicia”.

Valmore Muñoz, historiador y docente de la Universidad Católica Cecilio Acosta, rechaza la petición y asegura que un Estado coherente con la defensa de los Derechos Humanos debe tener una posición a favor de la vida y no de la muerte. “La vida humana se de ende y desde la concepción hay vida. Es
un derecho inalienable y nadie lo puede violar. Despenalizar el aborto es una puñalada a la familia, una puñalada al amor, una puñalada al matrimonio, y a los valores”.

Muñoz enfatiza que ante este tipo de propuestas se desnuda la estructura moral de cada Estado. “El desarrollo de un país no va ligado al tema moral, sino al económico. Decir que legalizar el aborto es una decisión de un país desarrollado es una gran estafa”.

En América Latina, Cuba, Guyana, Puerto Rico y Uruguay permiten abortar en las primeras semanas de gestación sin que la mujer tenga que alegar algún motivo. Desde el 2007, solo en Ciudad de México se aprobó la despenalización hasta las 12 semanas de gestación.

El proyecto Argentino prevé que el aborto sea libre hasta la semana 14 y después, en caso de una
violación, si hay peligro para la gestante o malformación fetal. También propone que si la madre es menor de 16 años, se debe realizar con su consentimiento.

Rechazo de la Iglesia

La posición de la Iglesia católica es clara y tajante: No. El papa Francisco, dos días después de conocerse el caso argentino, espetó: “El siglo pasado todo el mundo estaba escandalizado por lo que hacían los nazis para cuidar la pureza de la raza. Hoy hacemos lo mismo, pero con guantes blancos”.

El padre Ovidio Duarte, sacerdote de la parroquia Padre María Claret, manifiesta que la Iglesia aboga por el respeto a la vida, desde su concepción hasta sus últimos días. “Es un tema de responsabilidad
sobre la sexualidad que es un don que Dios dio y que hay que saberlo administrar con sabiduría y conciencia”.

El debate en América Latina sobre la legalización del aborto continúa abierto. Las posturas antagónicas en torno al tema también continúan.

 

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