200 universitarios se unen para sanear las costas del Lago
“Salvar al Lago debería ser la misión de cada zuliano”, reflexionó María Colmenares, estudiante universitaria y además miembro de la fundación Huellas del futuro, al referirse a las bondades que tiene este inmenso cuerpo de agua mientras lo despojaba de basura.
En las riveras del Paseo del Lago II, el equipo que conforma el Club Rotary Catatumbo, se encontró con unos 200 estudiantes del Instituto Universitario de Tecnología Readic, (UNIR) y la Universidad Rafael Urdaneta (URU), para realizar una jornada de saneamiento al borde del Lago. Unas ochenta bolsas de desechos fueron recolectadas.
Los jóvenes del Rotarac e Interac Catatumbo fueron líderes en la organización de la actividad que inició desde las 9:00 de la mañana.
Alice González siempre tuvo las ganas de ayudar, pero nunca lo hizo sino hasta ayer, cuando motivada por amigos de su casa de estudios, en el UNIR salió no solo a recoger desechos a orillas del Lago -en una franja visitada por miles de personas a diario- sino que creó conciencia en otros jóvenes, que luego de manera espontánea se acercaron a colaborar.
“Hace falta mucha ayuda para el Lago. Es increíble toda la fuente de vida que tiene y que seamos ignoran tes de eso, que estemos frente a semejante potencial y no seamos capaces de rescatarlo”, manifestó.
Alexma Gil se unió a esta labor como parte del grupo que trabaja en el proyecto “Un metro por mi Lago”, servicio que se realiza desde el UNIR a favor del inmenso reservorio de agua. “Esto es un buen comienzo y sé que más personas se unirán porque esto es nuestro”, enfatizó
Rotarios por el mundo
Para Carlos Calatayud, presidente de la Fundación Huellas del futuro y socio Rotario, esta labor nace de la inquietud de cómo ayudar con hechos y no con críticas, pues a su juicio “no hacemos nada solo con dar malos conceptos, debemos transformar”.
Calatayud reconoció además los problemas que existen en la nación, pero es fundamental, a su entender, rescatar a la juventud. “Un buen paso es limpiar al Lago, y así seguiremos. En ocho días vamos a un ancianato, en dos semanas iremos al Zoológico para que empecemos a reconocer y valorar lo nuestro, nos hace mucha falta”.
Gian Franco Álvarez, también socio Rotario, está convencido de que para solucionar los problemas de la sociedad se deben dar herramientas a la juventud “para que sean ellos los que emprendan y logren la solución. Venezuela debe formar ciudadanos integrales y estas actividades son muestra de que vamos por buen camino”.
Con aplausos; así cerró la actividad, que no es más que el inicio de todas las jornadas que se emprenden desde el Club Rotary Catatumbo, mejor dicho, “la punta del iceberg, pues en el mundo, los 32 mil clubes hacen una minúscula actividad, pero contribuyen a una gigantesca obra mundial. Lo más importante es que estos jóvenes en cinco, diez años, ocupen puestos claves en la sociedad y logren grandes cambios; este es uno”, aseguró Reinaldo Ladeda, miembro del Club.