Lo que debes saber sobre el hongo negro tras detectarse el primer caso en Venezuela

El “hongo negro” es una enfermedad antigua pero ahora tiene más resonancia por su relación con el Covid-19. Los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades de Estados Unidos (CDC, por sus siglas en inglés) explican que la mucormicosis (anteriormente llamada cigomicosis) es una infección "grave, pero rara" causada por un grupo de mohos llamados mucormicetos.
Estos mohos viven en todo el medio ambiente, pero la mucormicosis afecta principalmente a personas que tienen problemas de salud o que toman medicamentos que reducen la capacidad del cuerpo para combatir los gérmenes y las enfermedades, como los esteroides utilizados para casos moderados a severos de Covid-19.
Las personas más propensas a contraer la infección, según los CDC, son las personas con diabetes, cáncer, trasplante de órgano, bajo número de globos blancos, uso prolongado de corticosteroides, mucho hierro en el cuerpo o con lesiones cutáneas por cirugía, quemaduras o heridas.
Ayer, el gobernador de Mérida, Ramón Guevara, confirmó el primer caso de hongo negro en Venezuela.
Se trata de una mujer mayor a 50 años del municipio Campo Elías de esa entidad y reveló que la afectada está en la Unidad de Cuidados Intensivos del Hospital Universitario de Los Andes.
Por su parte, el doctor Enrique López Loyo, presidente de la Academia Nacional de Medicina de Venezuela, informó que de acuerdo a sus observaciones, debe su nombre porque se pone oscuro, aunque la mayoría de los mohos y hongos se manifiestan de esa forma.
No tiene ninguna connotación participar con el Covid-19, sino que se presenta en los pacientes inmunosuprimidos, a quienes les llegan los hongos como gérmenes oportunistas, aprovechándose de la condición de vulnerabilidad inmunológica”, explicó.
Sin embargo, aclaró, no ha habido en el país mayor presentación de la patología, solo casos esporádicos y no tienen connotación de gravedad, en lo que significa la fisiopatología de la pandemia por Covid-19 en Venezuela”.
¿Por qué se presenta en pacientes Covid?
La Organización Panamericana de la Salud / Organización Mundial de la Salud (OPS/OMS) instó a los Estados Miembros a preparar los servicios de salud para incrementar la sospecha clínica de mucormicosis en pacientes con Covid-19, especialmente aquellos con diabetes mellitus, tratamiento con corticosteroides u otros inmunosupresores, con el fin de realizar una evaluación clínica exhaustiva, originar un diagnóstico precoz e iniciar tratamiento adecuado de los casos sospechosos de mucormicosis asociada al coronavirus.
Por tanto, es fundamental la sospecha de la mucormicosis para proceder con el correcto procedimiento y exámenes complementarios.
Generalmente la mucormicosis se debe sospechar en pacientes con diabetes mellitus, especialmente aquellos con cetoacidosis diabética, síndrome de inmunodeficiencia adquirida, inmunosupresión iatrogénica, pacientes oncohematológicos (principalmente trasplantes alogénicos de médula ósea) y trasplantados de órganos sólidos.
La situación epidemiológica actual, incorpora a los pacientes con Covid-19 a esta lista.
La mucormicosis en pacientes con Covid-19 activo o ya recuperados más común fue la que afecta a la nariz y los senos nasales (88,9%). La mortalidad en este grupo se presentó en 30,7% de los casos.
¿Qué se sabe de su transmisión?
De acuerdo a la alerta epidemiológica emitida por la Organización Panamericana de la Salud (OPS) el 11 de junio de este año, la infección se adquiere por la implantación de las esporas del hongo en la mucosa oral, nasal y conjuntival, por inhalación, o por la ingestión de alimentos contaminados.
La mucormicosis se caracteriza por el infarto y necrosis de los tejidos del huésped, que resulta de la invasión de los vasos por las hifas. Las presentaciones clínicas de la mucormicosis pueden ser: rino-orbitocerebral, pulmonar, cutánea, gastrointestinal y diseminada.
Se la puede describir como “hongo negro, porque hace que los tejidos infectados se tornen negros. La tasa de letalidad se estima en 40-80 %.
Pero no se puede transmitir entre personas o entre personas y animales, según los CDC.
Una persona se puede contagiar al respirar las esporas de hongos en el aire. En el caso de la piel, puede ocurrir porque el hongo la atraviesa a través de una cortada, quemadura u otro tipo de lesión cutánea.
El tratamiento requiere desbridamiento quirúrgico (remoción del tejido muerto o dañado), tratamiento antifúngico (que evita el desarrollo de hongos, los destruye o evita su crecimiento) y, en lo posible, estabilizar los factores de riesgo que la causaron.