El Barcelona gana gracias a Messi

No hizo falta esperar al final del partido para tener la noticia del duelo, la proporcionó Koeman en su alineación titular dejando a Messi en el banquillo en una decisión que a la postre propició una nueva exhibición del argentino, que logró con su aparición en la segunda parte lo que parecía imposible: lograr que Griezmann marcara con una asistencia invisible y decidir por 5-2 un partido fundamental para los cules y dejar claro que un poco de Messi, es muchísimo.
La ausencia de Messi de entrada dibujó un esquema de ataque con Pedri en la izquierda, Dembélé como extremo derecho, Ansu en punta y Griezmann como capitán general de media punta, su puesto preferido, tal y como reseño AS.
Sin embargo, alrededor de las erradas de Griezmann, el Barça construía juego ofensivo. Ansu era incisivo en punta y Dembélé, imprevisible. Capaz de perder los balones más sencillos y de inaugurar el marcador de un castañazo descomunal a los 22 minutos.
Pero si en ataque el Barça producía, en defensa, sufría un boquete preocupante en su banda derecha, donde Tello y Álex Moreno hacían lo que les daba la gana con Sergi Roberto y Dembélé. Tenían una autopista que acabaron aprovechando en el descuento de la primera parte para que Sanabria empatara un partido que volvió a empezar de cero cuando Messi ingresó en el terreno de juego en el puesto de Ansu Fati.
Y Messi hizo lo que parecía imposible: lograr que Griezmann marcara. Lo hizo dando una asistencia digna de un genio. Sin tocar la pelota demostrando que se puede ser el mejor sin correr y sin necesidad de impactar con el balón. Atrajo a los defensas, evitó el cuero y dejó al francés a portería vacía para que rompiera el malefició del cazador de conejos.
El impacto del argentino en el partido fue definitivo. Diez minutos después de su asistencia invisible a Griezmann, facilitó a Dembélé un disparo que Mandi evitó con el codo en la linea de gol. Tras revisión de VAR, roja al argelino y nuevo gol desde los once metros para Leo, que fusiló a Bravo.
Pero el boquete de la banda derecha seguía franco para el Betis, que recortó distancia mediante Loren en la enésima internada de Moreno, pero en esta ocasión con Messi el campo, que cerró cualquier debate con un golazo pleno de rabia que liquidaba un partido que selló Pedri el día que se demostró que un poco de Leo es mucho, muchísimo.