Presidente de Honduras despliega al Ejército tras protestas en su contra

Miles de hondureños han expresado su repudio al presidente Juan Orlando Hernández en masivas manifestaciones que mantienen paralizado al país centroamericano, de nueve millones de habitantes.
Los disturbios dejaron al menos dos muertos y más de 20 heridos tras una jornada del miércoles marcada por la violencia: se registraron bloqueos de carreteras y actos de vandalismo en Tegucigalpa y otras ciudades del país.
A las manifestaciones —que comenzaron en abril como respuesta a reformas impuestas por el Ejecutivo en el sector salud y educación— se unieron transportistas y un sector de la Policía.
Hernández, cuya legitimidad ha sido cuestionada tras lograr un segundo mandato en unas elecciones controvertidas, se reunió el jueves con su Consejo de Defensa y Seguridad y amenazó con mantener el pulso frente a quienes exigen el fin de su mandato.
El mandatario ordenó el despliegue de las fuerzas armadas para contrarrestar las protestas y, dijo, "garantizar el derecho a la libertad de locomoción, protección de propiedad privada y pública y desde luego la protección de integridad de la población. El Estado tiene la obligación de garantizarle al pueblo la protección de su integridad y goce de sus derechos”.
2. Instruir el despliegue nacional de FFAA, Policía, Inteligencia y órganos que dependen del Ejecutivo para garantizar el derecho a la libertad de locomoción, protección de propiedad privada/pública y desde luego la protección de integridad de la población.
— Juan Orlando H. (@JuanOrlandoH) June 20, 2019
A la negligencia del Ejecutivo se suman los escándalos que han lastrado la reputación del mandatario, cuyo hermano, Juan Antonio Hernández, fue acusado por fiscales federales estadounidenses de tráfico de “toneladas de cocaína a través de Honduras” con destino final EE UU.
La DEA también investigó al propio presidente por supuesto vínculo con el narcotráfico internacional.
El infierno en el que se ha convertido Honduras ha llevado a decenas de miles de sus ciudadanos a salir en caravanas rumbo a EE UU, lo que ha agravado la crisis migratoria que mantiene tensas las relaciones entre el Gobierno de Donald Trump y el mexicano Andrés Manuel López Obrador, reseñó El País.