El diario plural del Zulia

Trump hacia adelante y en retroceso

Corea del Norte nunca renunciaría a su arsenal nuclear mientras sienta que Estados Unidos pueda emprender alguna agresión

Luego de la suspensión de la cumbre entre Kim Jong-un y Donald Trump las partes están más tranquilas de lo usual.  Corea del Norte expresó que sigue dispuesta a entablar diálogo con Estados Unidos a pesar de la cancelación del jueves.

El mandatario norteamericano consideró la reacción de Piongyang como “productiva”. Aunque, este viernes el primer viceministro de Relaciones Exteriores norcoreano, Kim Kye-gwan, consideró como “extremadamente lamentable” la decisión de Trump.

“Reiteramos a Estados Unidos nuestra disposición a sentarnos cara a cara en cualquier momento y en cualquier forma para resolver el problema", dijo Gwan.

La euforia inicial suscitada por la cumbre entre ambos líderes se había enfriado en los últimos tiempos, con un cruce de reproches. Corea del Norte volvió por ejemplo a tachar el jueves de "estúpidas" e "ignorantes" unas declaraciones del vicepresidente estadounidense Mike Pence sobre la desnuclearización del país asiático.

Por su parte, Trump suspendió la cumbre a través de una carta en la que expresó que las respuestas "hostiles" de Corea del Norte eran la causa.

Las implicaciones

El presidente surcoreano, Moon Jae-in, fue el primero en expresar que la suspensión era "profundamente lamentable", junto a otros mandatarios alrededor del mundo. Mientras, Shinzo Abe, Primer Ministro japonés, dijo que respetaba y apoyaba la decisión del político estadounidense.

El gobierno chino llamó a ambas partes a actuar con "buena voluntad" y "paciencia". Pero, el gobierno norcoreano declaró que nunca renunciaría a su arsenal nuclear mientras sintiera que Estados Unidos pudiera emprender alguna agresión.

Por otro lado, la figura que más ha estado involucrada en la cumbre es el presidente Xi Jinping, quien incluso se reunió con Kim Jong-un dos veces en menos de mes y medio antes de pactar la reunión.

En entrevista con AFP, Bonnie Glaser, del Centro para Estudios Internacionales y Estratégicos, consideró “China podría esforzarse por volver a encarrilar la cumbre" ya que “si Xi Jinping logra una mediación entre Trump y Kim, podría obtener un mejor acuerdo comercial con Estados Unidos, lo que sería beneficioso para Pekín".

El gobierno norteamericano, en cambio, ha demostrado ser demasiado impredecible, “en el concurso para determinar quién es el líder más errático, el presidente Trump vence claramente a Kim Jong-un", comentó Joe Wit, fundador de la web dedicada a Corea del Norte, 38 North. "Su inestabilidad sume a todo el mundo en la perplejidad, incluidos nuestros aliados surcoreanos", añadió.

Punggye-ri y la expectativa

El viernes 25 de mayo, Donald Trump abrió de nuevo la posibilidad de realización de la cumbre. En una rueda de prensa dijo: "Podría ser incluso el día 12... Tienen (los norcoreanos) mucho interés en hacerla, nos gustaría hacerla. Veremos qué pasa".

La condición más prominente de la cumbre es la desnuclearización del país asiático. Washington la exige de forma “completa, verificable e irreversible". Pero Pyongyang declaró que no renunciaría jamás a su arsenal nuclear, mientras que no se sienta segura ante lo que considera una agresión estadounidense.

Hasta ahora, la demostración más fehaciente de aceptar, al menos parcialmente, esa condición, fue la destrucción del centro de pruebas nucleares situado en Punggye-ri. Este es el único sitio que tenía Corea del Norte para este tipo de experimentos.

Sin embargo, la acción ha sido cuestionada por lo pequeño del grupo de periodistas que pudieron reportar el hecho, solo 20; la distancia a la que les permitieron acercarse, no pudieron ver las instalaciones por dentro; junto a la ausencia de expertos internacionales en la materia que permitieran constatar la veracidad del desarme del centro.

A esto se añade la hipótesis, de algunos científicos, de que ya ese lugar no era apto para la realización de otras pruebas nucleares debido a que podría haber colapsado parcialmente durante unos ensayos en septiembre de 2017.

En otro aspecto, China tendrá un papel importante en la reunión, incluso si no asiste. El experto en China, Jean-Pierre Cabestan, de la Universidad Bautista de Hong Kong, dijo a AFP que el gobierno del país “trató, con dos reuniones con Kim, de presionar a Corea del Norte para que no cediera demasiado ante los estadounidenses".

Trump, luego de la segunda reunión, declaró que “las cosas cambiaron y no puedo decir que me hace muy feliz” al tiempo que calificó a Xi Jinping como un “jugador de póker de nivel mundial”.

El portavoz de la diplomacia china, Lu Kang, rechazó esas declaraciones afirmando que "nosotros no tenemos intenciones escondidas". Aunque, Cabestan considera que los dirigentes chinos presionaron a Kim Jong Un porque desde el punto de vista de Pekín "se estaba acercando demasiado a Estados Unidos, participando de un juego de equilibrio desfavorable para China".

En el tablero queda la posibilidad de que Moon Jae-in, presidente de Corea del Sur, participe en la cumbre, lo que la volvería trilateral. Un aspecto que podría considerarse es la firma de un tratado de paz que finalice formalmente la guerra fría en la península.

Mientras, queda esperar la realización de la cumbre en la que, por primera vez, un miembro de la dinastía Kim se encuentre con un presidente estadounidense en ejercicio. Hecho histórico comparable con la reunión entre Raúl Castro, expresidente de Cuba, y Barack Obama, expresidente de Estados Unidos.

Con información de AFP y EFE.

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