Popescu "deconstruye" emociones en filme con el que compite en San Sebastián

Una niña desaparece en un parque mientras estaba al cuidado de su padre. Este es el punto de partida con el que el rumano Constantin Popescu "deconstruye" en "Pororoca" una historia en la que el dolor y la desesperación son la antesala del desmoronamiento emocional de los protagonistas.
Popescu, que compite por la Concha de Oro en el Festival de San Sebastián, ha hecho una película larga, de 152 minutos, para incidir en la deriva anímica de los personajes, en la que caben la impotencia, la culpa, la paranoia y la locura.
Desde la desaparición de la pequeña hasta que concluye el filme transcurren 54 días, que en el guion, del que Popescu es también autor, ocuparon 350 páginas, "casi una novela".
"La película debía ser más extensa, pero la corté para la versión internacional, que sé que también es un poco larga. Hay bastantes cosas que faltan", explicó en rueda de prensa este director, nacido en Bucarest en 1973 y que concursó en 2010 en la sección Nuevos Directores de San Sebastián con "Príncipes de vida".
Con él han viajado a San Sebastián los intérpretes Iulia Lumanare y Bogdan Dumitrache, que en la ficción son la pareja formada por Cristina y Tudor Ionescu, padres de Ilie, de 7 años, y María, la pequeña desaparecida, de cinco.
Una vez que se alarga la búsqueda de la niña y con ello la necesidad de hallar a un culpable, va ganado en protagonismo la figura de un padre que se transforma física y psíquicamente de día en día.
Popescu optó por Tudor porque tenía que elegir el punto de vista de uno de los padres y no sabe "escribir muy bien" a los personajes femeninos.
"Iulia hizo más por su personaje de lo que yo escribí en el guion", reconoció el realizador rumano, que se expresó en un perfecto castellano y que explicó que el título de la película procede de una palabra guaraní con la que se designa al oleaje destructor que se adentra cada año en el Amazonas.
Al realizador le resulta "muy difícil" explicar el porqué se decidió a contar este drama, aunque señaló que siempre se ha preguntado "cómo sería intentar deconstruir un acontecimiento tan triste como éste".
"También estoy muy interesado en esos momentos que a los directores no nos gusta dirigir porque son muy duros, en contar lo que pasa en los intersticios cuando no hay diálogos, cuando duermes, cuando estás solo. Todas esas cosas que no queremos ver porque nos resulta fastidioso", comentó.
"Pororoca", precisó, es "una combinación" entre una experiencia personal y varios casos que "se acercan" a su relato.
"Me parece que es una película que habla sobre el silencioso poder de la culpabilidad. Creo que es muy difícil saber cómo comprometerse a abordar la vida de modo normal después de un acontecimiento semejante", agregó.