Héctor Manrique: “Tenía la gran necesidad de mostrar a Chirinos”

Para representar un personaje en su pieza teatral Sangre en el Diván, Héctor Manrique no solo se viste de doctor y se maquilla. El actor se desviste de sí mismo y se transforma mentalmente en un ser complejo y de apariencia desagradable, pero a la vez audaz y con un discurso envolvente, casi hipnotizador.
Así es como Manrique se convierte por dentro en Edmundo Chirinos, el papel que desempeña desde hace unos dos años en la escena teatral venezolana y con el que se ha ganado miles de aplausos y varios reconocimientos. El artista revive parte de la historia del psiquiatra que fue preso por el asesinato de la estudiante Roxana Vásquez y que, entre otras perversidades, se le acusó de cometer actos lascivos a una larga lista de pacientes.
En Maracaibo
El artista vuelve hoy a Maracaibo para presentar el monólogo Sangre en el Diván, en el Teatro Baralt a las 7.00 de la noche. En entrevista con Versión Final, no sólo habló de lo importante que ha sido este trabajo para él, sino que dio detalles, sin tapujos, sobre la cercana relación que su familia mantuvo con Chirinos.
Nadie mejor que él para interpretarlo. Conoció de cerca su manera de hablar, de caminar, de expresarse y eso le ayudó a armar su papel. Durante la conversación con este medio, subió su mirada y se colocó el dedo índice en su boca. Respiró profundo y recordó: “era un tipo de apariencia grotesca, desagradable. Siempre me calló mal”, dijo y cruzó las piernas. Recordó un pasaje de su infancia, cuando su padre fue arrestado y Chirinos, quien era padrino de su hermano menor, les llevaba los regalos de navidad.
“Cuando analizas estas cosas te das cuenta que las personas no son buenas en su totalidad, ni malas completamente. De este tipo (Chirinos) se puede decir cualquier cosa negativa, pero tenía grandes capacidades intelectuales, y por supuesto, un poder enorme para manejar a la gente. Esa es una de las cosas que aprovecho en el monólogo; cómo es capaz de prácticamente hipnotizar a la personas y hacerlas caer en su parlamento”.
Encantados por lo peor
Para él, el desaparecido personaje, que entre su currículo resalta el haber sido miembro de la Asamblea Nacional Constituyente en 1999 y médico siquiatra del presidente Chávez, es un ejemplo de cómo “los venezolanos nos dejamos encantar por lo peor de nosotros mismos. Amo este país, pero procuro tener una visión muy clara de las cosas, y creo que tenemos una capacidad increíble para darle poder a las personas equivocadas”.
Recuerda que su propia madre conversó con él cuando decidió hacer el montaje de la pieza y le preguntó que tan seguro estaba de atreverse a personificar a quien fuera su compadre sacramento. “Comencé a hacer esto por necesidad propia, sentía que era mi responsabilidad porque fue un ser que hizo un gran daño y que la sociedad venezolana no le calló encima como debió hacerlo”.
El también director de teatro, reconoce que pensó que la propuesta sería un fracaso por las características propias de personaje. Su sorpresa fue que después de la primera función en Caracas se agotó la temporada completa. “Se vendieron 21 presentaciones en dos días. Fue algo impresionante”.
Sangre en el Diván debutó en Maracaibo el primero de marzo de 2015. La segunda función fue en febrero de este año. El monólogo está basado en el capítulo Delirio del libro Sangre en el Diván, de la periodista venezolana Ibéyise Pacheco.
Héctor Manrique también interpretó el personaje en la serie internacional Escándalos, en la que se retratan los casos más sonados del mundo policial. En Venezuela, la serie es transmitida por Televen, sin embargo está prohibida la transmisión del episodio.