Academicus perpetuum, por Dra. Judith Aular de Durán
E l pasado miércoles 2 de noviembre, partió del plano terrenal el profesor Antonio Castejón, quien en vida fue exdecano de la Facultad Experimental de Ciencias (1979-1982 y 1988-1991), exvicerrector académico (1992- 1996) director de la Oficina de Planificación del Sector Universitario (Opsu) y Autoridad Única de Educación en el estado Zulia, entre otros cargos directivos que ejerció. También formó parte de la comisión que elaboró el proyecto para la creación de la Facultad Experimental de Ciencias, además de impulsar la transformación curricular, la incorporación de los becarios académicos y los reglamentos para la modernización de LUZ.
Castejón fue un universitario a carta cabal, baluarte del sistema educativo en Venezuela y conocedor de él como ninguna otra persona. Humanista, con unos principios apegados al cambio, el cual tuvo la oportunidad de liderar cuando estuvo en este despacho, el cual emprendió con la creación del Consejo Central de Pregrado de LUZ, dependencia encargada de la formulación, coordinación y evaluación de las políticas académicas curriculares ejecutadas en las escuelas y programas de pregrado.
Es importante el legado que deja el profesor Antonio Castejón para la academia venezolana. Sin lugar a dudas, fue un gran aliado para fortalecer la educación en el Zulia, restituyendo la confianza y la participación de todas las instituciones responsables en elevar la calidad de la enseñanza en todos los rincones de la región.
El ejemplo de hombres como el doctor Castejón mantiene viva la esperanza de la universidad y la academia, que históricamente no ha sido lo suficientemente reconocida.
Muchos venezolanos, insignes y brillantes en los escenarios académicos, han tomado el camino del exilio para desarrollar su vida y aportes científicos lejos de la patria.
La fuga de talentos, de jóvenes profesionales y científicos es una desventaja y amenaza para Venezuela.
También hay quienes se quedan y hacen de su Alma Mater un proyecto de vida, con optimismo y esperanza que hace que sea recordado en el tiempo. Así fue el Maestro Castejón, el exponente del espíritu innovador, crítico y emprendedor que requiere las universidades en Venezuela, un genuino defensor de sus sueños de cambio, defensor del debate y los consensos, un Academicus Perpetuum.