Hallan cadáver de joven con el rostro "destrozado"

Sobre un tumulto de basura, en la orilla de una calle de arena, llamada por los habitantes del barrio El Samide, como Los Siete Cojones, hallaron el cadáver de un joven de aproximadamente 15 años, sin rostro. Sus verdugos le dispararon con una escopeta en la cara, ayer en la madrugada.
Los vecinos se percataron del cuerpo cuando atravesaban la trilla para dirigirse a sus trabajos. Impresionados por el hallazgo “grotesco”, llamaron a los funcionarios del Cuerpo de Policía Bolivariana del Estado Zulia (Cpbez), para que se acercaran al lugar. Moradores aseguraron que la víctima no era de la zona.
Con unos trozos de cable, los efectivos cerraron la vía en cada extremo, a la espera de los detectives del Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas (Cicpc).
La cabeza de la víctima la cubrieron con una sábana blanca. El menor de edad estaba boca arriba. Los oficiales indicaron que lo mataron en el sitio, pues los trozos de ramas secas y escombros que lo rodeaban estaban llenos de sangre. Las moscas merodeaban el cuerpo, de contextura delgada, tez morena, cabello negro y 1,50 de estatura.
Estaba descalzo. El adolescente vestía una franela del equipo de futbol Milan, de rayas rojas y negras, y un short azul marino.
Cinco uniformados de la policía científica, llegaron al lugar del suceso a realizar el levantamiento del cadáver. Se desplegaron en la zona en busca de evidencias que los llevara hasta sus verdugos.
Con sus guantes de látex, revisaron minuciosamente las prendas de vestir del occiso, pero no hallaron ningún tipo de identificación. Lo levantaron con ayuda de moradores, por las manos y los pies, para acostarlo en la bandeja de metal que introdujeron en la furgoneta.
Las investigaciones en torno al caso, apenas las iniciaron. Sin embargo, los expertos señalaron que el homicidio lo perpetraron presuntamente por venganza, por el modus operandi.
“A este niño lo trajeron hasta este sitio alejado, para ultimarlo. Algo debía”, dijo un funcionario del cuerpo detectivesco.
Mientras los residentes de la zona se quejaban por lo inseguro que es el sector. “Por aquí pasamos calamidades. No tenemos agua, no tenemos comida y mucho menos seguridad”, expresó Carmen Fernández, habitante de la barriada, acompañada de al menos 10 personas más.