La MUD solo tiene la presión popular para negociar

Cinco presos políticos quedaron en libertad el pasado lunes. Todos de la oposición. Son los frutos del primer acercamiento entre el Gobierno nacional y la Mesa de la Unidad Democrática (MUD). Delcy Rodríguez, canciller de Venezuela, dijo ayer que este era el primer gesto de buena voluntad del Poder Ejecutivo hacia sus adversarios políticos.
Pero Tarek William Saab, defensor del Pueblo, dijo que no. Que las liberaciones son parte de un ciclo que comenzó antes del domingo, cuando se celebró reunión exploratoria. Y Darío Vivas, diputado de la Asamblea Nacional (AN) por el PSUV, dijo: “Yo no sé si tiene que ver con el diálogo. Si se cumplieron los proceso legales y constitucionales y les salía estar libres, están libres”.
¿Qué cederá a cambio la oposición?, ¿qué le interesa al Gobierno? “Desmovilizar la manifestación del 3 de noviembre”, asegura Ender Arenas, sociólogo y analista político.
Y pese a que Henrique Capriles, María Corina Machado y Voluntad Popular (VP) anunciaron que la marcha pautada para mañana hacia Miraflores se mantenía, en la tarde del martes el oficialismo y oposición suspendieron finalmente las movilizaciones por petición del Vaticano.
Libertad para los presos políticos y consulta popular. Esa es la propuesta de la MUD. Y parece que el chavismo está dispuesto a negociar cualquier cosa, menos la liberación de Leopoldo López, líder de VP, añade Arenas.
“Eso frena cualquier posibilidad de negociación por parte de la oposición, y especialmente de Voluntad Popular, que no fue a la reunión no tanto porque no había todas las condiciones que ellos querían, sino porque López no se negocia, es un rehén del Gobierno”.
Reunión y calle
El presidente Nicolás Maduro, opina el sociólogo, recurre al diálogo para ganar tiempo. Pero cree que la mesa de negociación no se puede descuidar mientras se presiona en la calle. Si la MUD quiere resultados positivos, tiene que aprovechar los cónclaves y las manifestaciones.
“El 3 de noviembre es un día fregado, porque si la oposición suspende la marcha, va a perder; y si va hacia Miraflores, se pueden producir escenarios de violencia. En la situación política del país, es muy difícil hacer predicciones, porque el Gobierno nos instaló en la incertidumbre. La oposición, lo máximo que puede hacer, es tratar de reducir los márgenes de incertidumbre, tratando de negociar un acuerdo que lo favorezca más o menos y mantener la presión en la calle”.
El Gobierno, insiste, solo puede frenar la marcha a Mira ores si se compromete a respetar los Derechos Humanos, el cronograma electoral, a rescatar el referendo revocatorio para 2016 y liberando a los presos políticos.
“La gente dice: ‘eso es mucho’; no, eso es lo que el Gobierno ha hecho mal. El Gobierno ha tensado la cuerda, y es necesario recuperar los elementos que hicieron que esta crisis nos estallara en la cara”.
Pero Carlos Ocariz, dirigente de Primero Justicia y vocero de la oposición en la mesa de negociaciones, tuiteó: “solicitamos elecciones generales, esa fue nuestra primera propuesta. Todos los pasos anunciados por la MUD van avanzando”.
La presión
Si algo le interesa al Gobierno —y la MUD conoce sus propios recursos— es que la oposición desactive las protestas masivas. Es muy probable que los negociadores del chavismo lo planteen, señala el politólogo, Luis Briceño.
“La calle va a generar tanta presión que afuera se van a dar cuenta de que el Gobierno está disminuido, y eso va a incidir en que gobiernos extranjeros, aliados o no, tenga una opinión sobre la situación”.
Pedro Pablo Kuczynski, presidente de Perú, es favorable a la idea de que se aplique la Carta Democrática en Venezuela. Su canciller, Ricardo Luna, dijo que llamaría al embajador en el país desde el pasado domingo para que lo mantenga informado de lo que acontece.
“El bloque de Mercosur también habló sobre sus protocolos democráticos y que Venezuela no está cumpliendo. Todo se está poniendo en contra del Gobierno y el Gobierno tiene que negociar las movilizaciones para poder tener tranquilidad hasta el próximo evento electoral”, apunta Briceño.
La oposición tiene todo a su favor, asegura, pero tiene frente a sí un Gobierno que no gobierna, pero que sí sabe defenderse. Ha sabido mantenerse en el poder, ha sabido poner las reglas de juego y hacer que la oposición baile a su compás.
De tú a tú
Cuando el chavismo y la MUD sientan que están al mismo nivel, empezarán a reconocerse. Y solo se reconoce lo que el uno representa para el otro. “La MUD está ratificándole al Gobierno: ¿‘estás tú solo en el país? No. Somos una mayoría, reconocemos que tú estás en el poder, pero no queremos que sigas gobernando’”, comenta Ruth Guerrero, politóloga y docente.
Para que el diálogo funcione la MUD no puede dejar de presionar. Debería de seguir el juicio político contra el presidente Nicolás Maduro, exigir que se libere al resto de los presos políticos, mantener la agenda de movilizaciones. Porque el problema de fondo es que hay una violación continua de la Constitución.
“Hasta que el Gobierno no reconozca que el artículo 72 de la Constitución tiene vigencia en el país, el diálogo no ha comenzado. La próxima reunión se pautó para el 11 de noviembre para que todos reflexionaran y luego llegaran con hechos concretos. De aquí al 11, vamos a ver de ambos lados muchas muestras de ‘sí quiero diálogo, sí quiero la paz para Venezuela’”.
Guerrero, sin embargo, dice que el Gobierno nacional, por su investidura, tiene que dar las mayores muestras de ese deseo, porque controla la administración pública y, por ende, cuenta con más recursos para “hacer más daño”.
“La oposición está sentada allí y su representatividad son los estudios de opinión pública, son las marchas, es el juicio político. No tiene más nada. ¿La oposición qué puede ceder?, hasta ahora quien ha hecho mucho más daños con su lenguaje y actitudes y los voceros del Gobierno. La oposición no puede ceder porque no tiene qué ceder. Si cede, está cediendo en relación con la aplicación de los artículos de la Constitución”.