Amenazan de muerte a familia de Mayerlis

La indignación, dolor e impotencia se respira entre los familiares, allegados y conocidos de Mayerlis Lisseth Sierra Molina, de 14 años, muerta a batazos el pasado martes, tras ser violada por dos sujetos, cerca de la Zona Industrial en el municipio San Francisco.
Bajo un techo de lona, en el centro de un terreno de arena en Villa Margarita, rodeado de rosas rojas y rosadas, se encontraba el féretro de la adolescente, en medio del dolor que vive la familia.
Los pocos recursos de sus parientes eran evidentes. En un rancho de lata quedaron los vestigios de su fatídico nal. En la vivienda contigua, donde residía una hermana de uno de los homicidas, estaban las pruebas y parte de las evidencias que fueron quemadas, para que Luis Eduardo Hernández, de 39 años, y Raúl Paz, de 41, no fueran descubiertos, según allegados del barrio.
Karina Medina, hermana mayor de Mayerlis, reveló que los hombres tenían unos 15 días en el sector. Los parientes de los aberrados sexuales fueron obligados a abandonar esa zona sureña.
“Esos hombres de seguro estaban huyendo. Llegaron hace 15 días y se quedaban con un hermano de Raúl”, dijo la adolorida mujer.
Los presentes en el velorio de la también aficionada a la danza, aseveraron que toda la comunidad recibió intimidaciones de Ángel González Fernández, alias “Pocho”, quien amenazó a todos de muerte. “Él nos aseguró que lo ocurrido con su hermano no quedaría así y que harían cumplir sus leyes”, agregó Medina.
La progenitora de Mayerlis, Eunice Molina, no quiso declarar a la prensa. Refirieron que no quiere alimentarse y en varias ocasiones ha sufrido desmayos. Aunque los culpables de la menor de sus cuatro hijas, están detenidos, eso no la devolverá a la vida, alega.
“La justicia que nos merecemos es que maten a esos hombres”, manifestaron varios parientes de la niña.
El sepelio de Mayerlis se efectuará hoy en el cementerio San Francisco de Asís, a las 10:00 a. m.. Esperaban por su padre, quien estaba en Colombia.
Mayerlis asistía a la iglesia cristiana Emanuel, donde era parte del grupo de danzarinas. Los vecinos la recordaron como una adolescente bastante responsable.
“Ella solo salía a la tienda y al colegio. Era una niña muy bien portada”, destacó un allegado a la familia.
Los parientes de los homicidas viven en el barrio Sabana Sur II y estos juraron que vengarían la detención de los hombres.
La adolescente que vio a los hombres salir de la humilde residencia donde Mayerlis cuidaba a su sobrino de cuatro años, también está bajo amenaza y siente temor por su vida.
El pequeño sobrino de la jovencita asesinada fue el testigo presencial de todo lo ocurrido. “Mi hijo no quiere dormir, se recupera de los golpes. Cuando duerme se despierta gritando”, expresó la hermana de Mayerlis.