Omar González asegura que hay "fisuras" en las fuerzas armadas y policiales

El dirigente opositor venezolano Omar González, uno de los protagonistas de la llamada Operación Guacamaya, aseguró que el gobierno de Nicolás Maduro enfrenta crecientes fracturas internas, especialmente dentro de los cuerpos militares y policiales, lo que evidencia —a su juicio— un debilitamiento sostenido del control chavista y la inminencia de una transición política en Venezuela.
Hay fisuras en las fuerzas armadas y policiales. Si le queda algo de sensatez, Maduro debería dar una señal de que estaría dispuesto a entregar el poder”, declaró el exgobernador del estado Bolívar y secretario político de Vente Venezuela en una entrevista concedida al diario español ABC.
González ofreció estas declaraciones semanas después de salir de la embajada de Argentina en Caracas, donde permaneció más de 14 meses como refugiado político junto a otros dirigentes de su partido. Según relató, su liberación se logró a través de una operación clandestina pacífica que, según él, dejó en evidencia “las grietas en el aparato de seguridad chavista”.
La sede diplomática, explicó, estaba cercada por un fuerte dispositivo de seguridad. “Había ocho controles de distintos cuerpos. Nos rodeaban francotiradores, drones y perros entrenados. Era una cortina de hierro, un cerco medieval”, relató.
Aunque evitó ofrecer detalles logísticos de la fuga por razones de seguridad, insinuó que hubo infiltraciones dentro de las fuerzas de vigilancia. “Vulneramos la seguridad no una, sino dos veces. La humillación fue doble”, afirmó.
González atribuyó el liderazgo político de la operación a María Corina Machado, a quien definió como “una posible comandante en jefe” por su capacidad estratégica y disciplina. “La ejecución fue limpia, sin disparos, sincronizada como un reloj. Tuvo éxito gracias a eso y a los aliados”, sostuvo.
Para el dirigente, las condiciones para una transición democrática están más maduras que nunca: “sanciones internacionales, presión económica, aislamiento diplomático y descontento en los cuerpos armados”. Y advirtió: “Aquí puede ocurrir cualquier cosa en los próximos días. El régimen no tiene cómo sostenerse, ni paga sueldos, ni mantiene el control del mercado cambiario. Es como ver el Muro de Berlín caer en cámara lenta”.
Nunca como ahora se habían dado condiciones como las actuales”, concluyó.