Marlon S. Jiménez García | Condición de ser invivible, es inhumano

Nadie ni venezolanos ni extranjeros, en este país, hubiesen imaginado el grado de descomposición del régimen que detenta de manera inconstitucional el poder. Todos los aspectos de la acción del régimen criminal están contaminados, pero básicamente sus consecuencias se fundamentan en su falta de ética y moral. El país está destruido inequívocamente. El 28J no está ni estará en calidad de olvido en la sociedad democrática; el enemigo es otro, es el régimen dictatorial en el poder que, juega a la opción orbital y pendular del tiempo, como el único factor de sobrevivencia política. Estamos en un momento decisivo de la lucha contra la tiranía.
Nadie duda dentro o fuera del país de la calificación señalada. Hemos sido víctimas, bastante inútiles a mi manera de ver nuestra realidad, de un Golpe de Estado de ejecución progresiva que ha liquidado la institucionalidad y el Estado de Derecho y cuyo remate de acción está signado por el robo descarado y en flagrancia del proceso electoral del 28J. El régimen tiránico tiene en su seno el mayor número de golpistas del planeta. No se puede exigir calma, mucho menos resignación a quienes nos resistimos a vivir sometidos a una tiranía de la peor calaña posible. Las fuerzas democráticas son "variadas", nadie tiene la exclusividad absoluta de llamarse opositor; y menos el poder de decidir el destino estructural de toda la sociedad. El usurpador³ es un forjador de: incompetencia y corrupción; violencia física e institucional; inseguridad de las personas y de los bienes, (más de militares y policías que de los propios delincuentes) y entre muchas otras cosas violación permanente de las obligaciones constitucionales que deberían cumplir todas las instituciones públicas, incluidas las, hoy mafiosas, fuerzas armadas. La orden que tienen es contravenir a conciencia los deberes estipulados. Venezuela es invivible y eso es inhumano. ,
Venezuela, país de ensueño, cuna de inmigrantes de todo el mundo, de oportunidades, de libertades ciudadanas y fundador en el continente, en tiempo y espacio, de la pluralidad política; es hoy un país de pesadilla; de ruindad política, económica, social y moral; la emigración es el pan de cada día, sobre todo de nuestro principal talento profesional y laboral y está inmerso bajo la dominación de un régimen dictatorial y que tiene como norte avasallar a todos los factores opositores y contrasta con una política de persecución, de cárcel, tortura y de muerte.
Venezuela es un país invivible y eso es inhumano, no hay posibilidad de alcanzar calidad de vida, cada día se disminuye el lapso de vida de nuestro pueblo; en la mal llamada 4ta república el nivel de vida de su población aumentó, pasó desde 1958 a 1998 de 58 años a 72 años, se redujo los índices de mortalidad a todos los niveles del proceso evolutivo del hombre, lo que índica a las claras que nuestra calidad de vida mejoró año tras año; en la 5ta república, con la llegada de la “malvada revolución del siglo XXI” de manera revulsiva la edad de vida ha decrecido porcentualmente en niveles dantescos. Hoy el principio de la “primacía de la realidad” es determinante; el régimen cada día reduce, por su impopularidad geométrica, su capacidad de convencer al pueblo, su diarrea verbal produce: escozor, arrechera, malestar físico y espiritual en el ámbito de la convivencia familiar y ciudadana y una actitud intolerable contra aquellos que juegan demagógicamente con el hambre y con la muerte de la población.
Venezuela es un país invivible y eso es inhumano, millones de conciudadanos salen “como alma que lleva el diablo” de nuestras fronteras a buscar horizontes distintos y diversos para poder congraciarse con la esperanza de un mejor vivir: salud, medicinas, comida trabajo, paz espiritual, libertades ciudadanas, ahorro para ayudar económicamente a su familia en el país; es decir, los comunistas, fascistas y mafiosos socavaron las bases del desarrollo y de las potencialidades estructurales para convertir a los venezolanos en miserables, harapientos y zombis (muertos en vida) y convertirlos en piltrafas humanas para la consolidación del poder.
Venezuela es un país invivible y eso es inhumano, un país sin esperanza; muchas familias, perecen en las carreteras y en las aguas del Caribe; en busca de un futuro de gracia y de libertad: Estamos imitando al pueblo cubano cuando no le importaba en lo absoluto morir en las mandíbulas de los tiburones en el mar de la Florida, antes que morir en las mazmorras inventadas por los asesinos Castro para atemorizar a los osados que intentaran enfrentarse a ellos., Los que nos quedamos en esta tierra invivible lo hacemos a conciencia de que necesariamente tenemos que enfrentar las “altas olas” de los sanguinarios de la DGCIM y el SEBIN, de los colectivos y de las fuerzas represivas mercenarias cubanas y de grupos terroristas que se encuentran matando a mansalva a nuestra juventud, como ocurrió a mediados entre los años del 2016 y 2017 y por supuesto a todo lo que represente a la oposición política...
La transición a la democracia tenemos que forzarla, a través de una estrategia compartida y aceptada que trabajen con inteligencia racional en la búsqueda del Punto de Ignición procurando que nos lleve al éxito. Todos hacemos falta, más los de adentro que los de afuera. La ambigüedad y lo subalterno no participarían; los intereses particulares y partidistas tampoco; el fin último es la república. El 23 de enero de1958 se logró. La unificación de los trabajadores, estudiantes, empresarios, clero, FAN , junto al liderazgo político lograron la transición (UNIDAD TRASCENDENTAL) y ésta generó un proceso democrático y se mantuvo por 40 años y sirvió de modelo político en el continente, hasta la llegada de la plaga malévola denominada en los bajos fondos (comunismo, fascismo y mafias delictivas) como revolución del siglo XXI
El tiempo es hoy, ya mañana, ese inexorable tiempo, ya podría ser tarde. El razonamiento deductivo y ratificado por el silogismo, es que, en política la acción tiene un efecto primario y contundente, mientras que la pasividad es inútil. Un paso vital en ese sentido es, en éstas horas aciagas de la República, darle el apoyo a nuestro candidato a la Alcaldía de Maracaibo Adrián Romero quien como Alcalde interino realizó una gestión envidiable, continuando la labor de nuestro Alcalde Rafael Ramírez Colina, injustamente detenido, en aras de distinguir a nuestra Maracaibo como una ciudad de "buen vivir", tomando en consideración un análisis situacional comparativo con otras ciudades importantes del país, a pesar de la maledicencia del poder nacional, contra los marabinos y zulianos. No hay razón para seguir llamando a la “abstención negativa activa” porque es sinónimo de contribuir a que nuestra ciudad sea invivible como lo fue en los tiempos del alcalde de Di Martino (hoy candidato del PSUV) y del 2017 al 2021 con el llamado Willy Casanova.