El diario plural del Zulia

Qué puede hacer Maduro con el poder que acumula el chavismo tras elecciones del #25May

La coalición oficialista retuvo 23 de las 24 gobernaciones en disputa. En las legislativas, la alianza Psuv–Gran Polo Patriótico obtuvo el 82,68 % de los votos, mientras que las coaliciones opositoras Alianza Democrática y UNT-Única apenas alcanzaron el 6,25 % y el 2,57 %, respectivamente. Así, tanto el mapa parlamentario como el regional quedaron teñidos de rojo oficialista

La elección de este domingo en Venezuela no prometía sorpresas. Sin embargo, en el complejo tablero político del país, cada cita electoral trae consigo nuevos matices, reporta BBC Mundo.

Entre lo previsible estuvo la decisión del gobierno de adelantar los comicios —esperados para diciembre— y la vieja disyuntiva de la oposición: abstenerse o participar para "no ceder espacios". En el terreno de lo novedoso, la huella que dejó la elección presidencial del 28 de julio del año pasado, en la que la oposición —con Edmundo González y María Corina Machado a la cabeza— aseguró haber obtenido una victoria con el 70 % de los votos. El Consejo Nacional Electoral (CNE), alineado con el oficialismo, proclamó ganador a Nicolás Maduro, sin divulgar hasta ahora las actas que respalden su versión.

Otra novedad: por primera vez, y en abierta desobediencia a las recomendaciones de la Corte Internacional de Justicia, se eligieron gobernador y diputados de la zona que el oficialismo ha rebautizado como “Guayana Esequiba”, en la región en disputa con Guyana desde hace más de 180 años.

Y aunque las advertencias del chavismo sobre presuntos planes para "sabotear las elecciones" son habituales, esta vez se tradujeron en una ola de detenciones días antes de los comicios. Al menos 70 personas fueron arrestadas, entre ellas el dirigente Juan Pablo Guanipa, aliado de Machado, y el periodista Carlos Marcano. Se desconoce el paradero de muchos de los detenidos.

Según el CNE, la participación fue del 42,63%, es decir, poco más de nueve millones de votantes. Sin embargo, sectores opositores afirman que la cifra fue mucho menor. El medio Efecto Cocuyo destacó que en algunos centros "había más funcionarios de la Guardia Nacional Bolivariana que electores". El experto electoral Eugenio Martínez calificó los datos del CNE como “inconsistentes”. Si el registro es de 21,4 millones de votantes y se computaron unos 5,5 millones de votos, la participación real rondaría el 25,6%, "salvo que el CNE haya reducido el registro a 13 millones debido a la migración", argumentó.

El chavismo retuvo 23 de las 24 gobernaciones en disputa. En las legislativas, la alianza oficialista Psuv–Gran Polo Patriótico obtuvo el 82,68% de los votos, mientras que las coaliciones opositoras Alianza Democrática y UNT-Única apenas alcanzaron el 6,25% y el 2,57%, respectivamente. Así, tanto el mapa parlamentario como el regional quedaron teñidos de rojo oficialista.

Pero, ¿modifican estos resultados el panorama político? ¿Implican un nuevo equilibrio de poder? ¿Qué futuro le espera a la oposición? BBC Mundo conversó con analistas para intentar responder estas preguntas.

"Calmar adentro, legitimarse fuera"

La situación es distinta, aunque parezca un déjà vu”, sostiene Carmen Beatriz Fernández, analista política. “El 29 de julio de 2024 marcó un antes y un después. Siempre hubo condiciones electorales cuestionables, pero antes el voto tenía cierto peso. Hoy, hay procesos de votación, pero no elecciones reales”.

Fernández apunta que el propio árbitro, el CNE, se ha encargado de socavar la transparencia: eliminó la página con el cronograma electoral y el código QR en las actas, clave para auditorías. En su opinión, este nuevo escenario fortalece a Maduro.

Con el control del Parlamento, puede impulsar cambios constitucionales a la medida de sus ambiciones. Ya lo anticipó al anunciar una propuesta de reforma constitucional y electoral”, añade.

Maduro, de hecho, aseguró el domingo que se avanza hacia una “reingeniería completa” del sistema electoral venezolano.

No obstante, para Eugenio Martínez, la mayoría parlamentaria no es determinante en la dinámica de poder. “Desde 2015, el Parlamento no tiene incidencia real. No hay vida legislativa. La mayoría oficialista no ha influido en las decisiones del país”.

Aun así, Martínez cree que la entrada de figuras opositoras como Henrique Capriles y Stalin González en la Asamblea podría abrir espacios de negociación. “No cambiará la percepción internacional, pero sí puede generar puentes internos. Aunque, en EE.UU., solo María Corina Machado es vista como interlocutora válida por el entorno de Donald Trump”, subraya.

Para Ana Milagros Parra, el propósito no fue acumular poder, sino crear una “fachada electoral” que permita al chavismo pasar la página del 28J.

El régimen busca estabilizarse tras una ola represiva que dejó detenciones, miedo e impunidad. La estrategia es alargar su permanencia en el poder, moldeando a su favor el tablero político”, explica.

Según Parra, las elecciones sirvieron para “repartir cargos entre candidatos escogidos por el gobierno y algunos adversarios también seleccionados”, en un intento por proyectar legitimidad internacional y contener tensiones internas. “Pero dudo que eso funcione a largo plazo”, afirma.

Una oposición "a medida"

En Venezuela, la oposición enfrenta proscripciones, exilio, prisión y división. De los 36 partidos que participaron, al menos la mitad fueron intervenidos por el Tribunal Supremo de Justicia, y el 40% son formaciones creadas en los últimos años.

Solo el Psuv y Un Nuevo Tiempo mantienen estructuras intactas. Partidos tradicionales como Primero Justicia, Voluntad Popular, Acción Democrática y Copei están judicializados.

Desde 2015, el ecosistema opositor ha sido desmontado para construir uno nuevo, con menos opciones reales de alternancia”, indica Martínez.

Las voces más cercanas a María Corina Machado, explica Fernández, llamaron a no participar, argumentando que “ya se votó el 28J” y que estas elecciones no reflejan el sentimiento democrático del país. Quienes sí participaron lo hicieron bajo la lógica de “no ceder espacios”.

Fernández observa que, si bien Machado mantiene liderazgo, “le será difícil sostener que la abstención fue una victoria, cuando el país aparece completamente pintado de rojo”.

Parra coincide: “No hay alternativa a estas elecciones. La oposición no tiene presión ni estrategia clara. La gente espera una hoja de ruta que no llega”.

A 10 meses del 28J, el escenario internacional también ha cambiado. Viejos aliados como EE. UU. priorizan otros intereses. Martínez considera que la alta abstención refuerza a Machado en el corto plazo, pero también deja claro que la oposición está fracturada. “La Plataforma Unitaria ha perdido sentido. Se necesita una nueva estructura para coordinar estrategias y decisiones”.

Lea también
Comentarios
Cargando...