Marlon S. Jiménez García | No, a la Dependencia; Si, a la Libertad Ciudadana

Con la llegada del “inquilino del averno”, la vida de los venezolanos “de bien” se derrumbó, por las ínfulas desmedidas de poder de ese personaje, me refiero, a todo eso que se construyó con el denuedo de un pueblo con deseos fervorosos de vivir en progreso y en paz por siempre, teniendo como norte la unidad familiar. Sin embargo, aquello quedó en el olvido. “Sin querer queriendo”, ése personaje inmundo fue imponiendo, en tiempo y espacio, el SINDROME DE LA DEPENDENCIA, propio de los regímenes comunistas, fascistas y mafiosos. Éste se aprovechó (con sofismas y populismo) del pueblo humilde con la utilización, de los recursos supermillonarios que recibió por los altos precios del petróleo.
La dependencia de otro, es la actitud y creencia de que un grupo no puede resolver sus propios problemas sin ayuda externa. Es una debilidad que empeora con la dádiva o la caridad. Hay personas que tienen dificultades económicas y eso lo lleva siempre a necesitar la ayuda de los demás; es decir, siempre depende de los otros; consciente o inconscientemente quieren continuar dependiendo de otro u otros, para de este modo, suplir un lazo afectivo por otro de compromiso coyuntural y se convierte, en cualquier campo de acción y mucho más en el escenario político, en caldo de cultivo del control mental y de sumisión total.
Esta dependencia es una patología psíquica o un síndrome de inferioridad, es normal en las personas de bajos recursos económicos desde que el hombre tiene presencia física en el mundo terrenal; pero, los comunistas, fascistas y mucho más estos mafiosos en su andar político-ideológico lo han acentuado y lo han utilizado para subyugar a esa población débil en su estructura mental; he allí la razón de acabar con la educación en todo el ámbito estructural de la sociedad. El estudio rompe las cadenas de la dependencia y de la esclavitud.
En la mal llamada Cuarta República se utilizó de manera casi imperceptible; el crecimiento y fortalecimiento de la clase media más importante del subcontinente lo impidió en gran medida. Con la llegada de la malévola revolución del siglo XXI, se impuso notablemente a la vista de todos y lo hacen con furia desmedida; como un modo de idiotizar a las personas de bajos recursos y convertirlos en obnubilados seguidores de su ¿ideología?
El USURPADOR3 continuó con esa malsana práctica, pero las condiciones económicas tan precarias, por el manejo impropio de los recursos económicos y el latrocinio descarado de los mismos en estos 25 años del régimen en poder, le está trayendo dificultad de cumplir con esa práctica y apela a “bonos de hambre”. Este personaje de marras no haya qué prometerle (desde 2012, repite lo mismo durante todo el año) a la gente para mantenerse en el poder, pero su promesa no es el estudio ni el trabajo; al contrario, es la acentuación dela patología de la dependencia. Se creó el Carnet de la Patria para acentuar el control social y político; de allí se reafirma la “caridad” y la dádiva: bono por guerra económica, bono navideño, bonos con nombres rimbombantes, pero todos de “resuelves efímeros”; en fin, lo que se persigue es controlar a todo el que recibe estos bonos con el único propósito de utilizarlos electoralmente (aunque ya no les sirve de nada, el rechazo es mayor al 90%) es la mejor prueba, solo lo acompañan “y a juro” un 9.4 % de los venezolanos.
Estas dádivas solo las reciben un porcentaje muy pequeño de la población; no les resuelve en lo absoluto su verdadero drama: hambre, miseria y muerte; sin embargo, se conforman con el dicho “comida para hoy y hambre para siempre” y son controlados como fin supremo de dominación; así lo vemos con los llamados CLAP que tienen tiempo sin recibirlo y salen a las calles a protestar porque los engañaron con esa dádiva, como ocurre en todo momento y que va a seguir ocurriendo por una sola razón: Venezuela, la arruinaron con alevosía, está en bancarrota.
Estos venezolanos conformistas, que se encuentran hambrientos, harapientos y al borde de la muerte, igual que el resto de los compatriotas que no la reciben, merecen un cambio de actores en el poder que, de verdad trabajen por ellos. El pueblo lo logró el 28J -2024 y estos mafiosos se robaron las elecciones en flagrancia y con el rechazo, además, de la comunidad democrática internacional. Es necesario, luchar ACTIVAMENTE para cesar éstas prácticas malsanas y para salir de la tiranía, recuperar nuestra familia, consolidar la solidaridad y unión ciudadana, y generar una economía boyante que mejore la calidad de vida de los venezolanos, entre otras consideraciones de vitalidad republicana.
Un nuevo gobierno devenido de una UNIDAD TRASCENDENTAL es vital, es urgente un cambio estructural de rescate de nuestra democracia, de la institucionalidad republicana y por ello la salida (como sea) del régimen comunista, fascista y súper mafioso. Nadie es dueña absoluta de la fuerza opositora ni de la verdad (la libertad de pensamiento nutre el `pluralismo `político); todos somos importantes y vitales para lograr el cambio esperado; todos deben ser respetados porque hay diferentes visiones de analizar nuestra realidad política. Debemos reconocer nuestros errores y tomar acciones que permitan una estrategia conmutada de movilización total de las fuerzas que, integran la dinámica política, económica, social, cultural, universitaria, laboral, religiosa, entre otras inherentes a la utilidad ciudadana. Todos queremos la transición y respetamos el 28J-2024; para tan importante proyecto de salvación nacional; es indispensable, lo reafirmo, una verdadera unidad, sin cortapisas e incluyente y sin intereses bastardos grupales o partidistas; no podemos esperar, es ya.
Esa filosofía de acción del régimen “o dependes de mí o te mueres”, hay que exterminarla para siempre de la sociedad venezolana; he allí nuestra especial consideración para descartarla de cualquier pensamiento opositor...
Profesor Universitario
@marlonj03650037